Con la proyección de la película La guerra de Charlie Wilson (2007), del director Mike Nichols, basada en hechos reales, y los comentarios de la historiadora torrevejense Carolina Martínez, dio comienzo el programa de siete filmes de la UNED de Torrevieja. Este año, el programa estará formado por siete largometrajes que se exhibirán en el Centro Cultural Virgen del Carmen, todos los últimos martes de mes, salvo en las fechas navideñas.
Ante una fiel audiencia, Carolina Martínez presentó un filme caracterizado por el hibridismo o la alternancia de secuencias propias de la comedia y del drama: el humor hace digerir la tragedia de fondo que supone la guerra en Afganistán, tras la invasión soviética en 1979.
El intervencionismo de la CIA norteamericana, con el empuje de lobbys ultraderechistas y anticomunistas que apoyaron iniciativas del congresista Charlie Wilson, logra la mayor secreta y encubierta que terminará con la derrota del ejército ruso diez años después. Wilson logró aliados tradicionalmente enemigos, que, salvaguardando las apariencias de su enemistad radical, procuró dinero y armamento paradójicamente soviético para ganar un conflicto bélico desigual: la alianza de EE. UU., Arabia Saudí, Israel, Egipto y Pakistán, venció a la todopoderosa URSS de la Guerra Fría. Las consecuencias de aquellos acontecimientos y el de la retirada traumática de Estados Unidos, fueron ciertamente históricos: la caída del muro soviético a partir de 1989 y la segmentación de la URSS, por un lado, y la creación del régimen talibán, heredero fundamentalista y terrorífico de los muyahidines, en 1990, por otro.
La guerra de Charlie Wilson pertenece al conjunto de películas de inspiración autocrítica norteamericana que suponen una mirada atrás hacia el futuro: una reflexión sobre la historia de las injerencias bélicas de EE. UU. en territorios extranjeras lejanos de su país. El extremismo talibán creció y se volvió contra su aliado secreto de antaño: culminó con el terrorismo internacional del atentado contra las Torres gemelas de Nueva York aquel fatídico 11 de septiembre de 2001.
Para comprender mejor la historia de Afganistán en el marco mundial conviene también ilustrarse con otro filme realizado en 2017: La máquina de guerra, del cineasta David Michöd.
El cinismo y la acidez de la película que abrió el programa Cinecrítico de la UNED de Torrevieja se transmite en una cinta intensa gracias a tres virtudes cinematográficas: la narración alternante tragicómica, un guion excelente de Aaron Surkin, el guionista de El ala oeste de la Casa Blanca, de Algunos hombres buenos y de El presidente y miss Wade, y, finalmente, por una actuación magistral en la que descuella Seymour Hoffman, junto a Tom Hanks y Julia Roberts.
El público asistente destacó la inhumanidad de las situaciones de guerra y valoró un cine concienciador y crítico que no siempre elogia la postura hegemónica y salvadora de los EE. UU. aunque se produzcan y rueden en los círculos de la industria hollywoodiana. Se nombraron magníficas películas en esta línea que son conocidas por los verdaderos aficionados al cine crítico y que han encumbrado a sus realizadores: La chaqueta metálica, de Stanley Kubrich (el exquisito director de Senderos de gloria), Apocalipse Now, de Francis Ford Coppola, Salvar al soldado Ryan, de Steven Spielberg, Platoon, de Oliver Stone, o la reciente 1917, de Sam Mendes.
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