Objetivo Torrevieja

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EL MILAGRO DE UNA ORQUESTA DE PROVINCIAS (Artículo de opinión en el interior)

VÍDEO: Concierto (M.C. Lavesa)

El Auditorio Internacional de Música de Torrevieja, volvió a llenar sus 1400 localidades  para asistir a la puesta en escena por más  de 100 músicos, entre coralistas, instrumentistas, solistas y directores en un espectacular concierto sinfónico coral que entusiasmó a un selecto público que supo apreciar el sublime trabajo de ambas formaciones. El Orfeón Municipal “Ricardo Lafuente” con su director Mario Bustillo, se “doctoró” anoche con una interpretación que nos dejó la agradable impresión de la culminación de lo que se suponía un proyecto y hoy es una realidad, comparable a cualquier Orfeón de renombre mundial. Que decir de la Orquesta Sinfónica de Torrevieja, “nuestra orquesta”. Su director José F. Sánchez disfrutó como pocas veces acompasando cada orden de cada nota que arropó la excelente acústica de ese tesoro de Torrevieja que el Auditorio Internacional. La magnífica ejecución de uno de los monumentos musicales más hermosos y populares que a través de los siglos sigue entusiasmando a los públicos de todo el mundo por su belleza y esplendor: el oratorio “El Mesías” del compositor inglés George Frederich Haendel, levantó de sus asientos a los espectadores que se llevaron de propina la repetición de un incomparable “Aleluya” que quizá pocas veces se hayan odio nunca. La puesta en escena estuvo a cargo de los solistas: Laura Martínez (soprano), Olga Shtreys (contralto), Francisco Moreno (tenor) y Heikki Seppänen (bajo).  Recitativos, arias, dúos, coros y partes instrumentales comenzando desde la “Sinfonía” inicial hasta el monumental “Amen” que concluyó la obra, dieron al público la posibilidad de disfrutar y valorar los altos resultados artísticos alcanzados por colectivos artísticos torrevejenses.

EL MILAGRO DE UNA ORQUESTA DE PROVINCIAS

Corre el año 2.015 y, como decía una famosa canción de los ochenta, son  “malos tiempos para la lírica”. El iva cultural al 21% y las orquestas consolidadas pasando muchos apuros, son una muestra de la situación actual.  Sin embargo, existe en España una orquesta que ha llenado una sala de más de mil cuatrocientas butacas en todos los conciertos que ha realizado durante el presente año. Podría apostar, sin miedo a perder, a que no adivinan de qué orquesta estoy hablando.  Si piensan en la Orquesta nacional, Orquesta de radio televisión, Orquesta del Palau de las Arts etc,  están equivocados. No, no se trata de ninguna de ellas. Quien está consiguiendo esta hazaña es la Orquesta Sinfónica de Torrevieja. Una orquesta que no depende de ninguna institución pública, con un carácter semiprofesional en su organización, que no en sus resultados musicales, y que es un ejemplo de cómo se puede alcanzar cualquier  objetivo si todos los implicados reman en la misma dirección.

Cuenta esta orquesta con unos gestores que trabajan cara a cara con el público, que se han dado cuenta de que si quieres atraer espectadores no puedes abrir la taquilla y esperar que vengan. Se reúnen con las asociaciones de residentes extranjeros que se han instalado en la ciudad, con todas las emisoras de radio de la zona, distribuyen publicidad por las urbanizaciones en las que no es frecuente la población autóctona;  los programas, carteles y cuñas publicitarias se realizan en varios idiomas y , en definitiva, miman a todos los amantes de la música. Hace tiempo que saben que un proyecto como éste no saldrá adelante sin contar con los miles de aficionados que, provenientes del continente, viven en toda la comarca.

Pero esta ingente labor se quedaría en el aire si detrás no hubiese un grupo de excelentes músicos, capitaneados por el director José F. Sánchez, que cree en la música, la ama, la respeta y les sigue ilusionando tocar, lo que les lleva a ofrecer, sin ser la Filarmónica de Berlín, unos conciertos magníficos.

Anoche se produjo de nuevo el milagro, la música de Haendel inundó el Auditorio de Torrevieja y mil seiscientas personas, entre público y ejecutantes, gozaron en  comunión,  de un Mesías emocionante desde la primera a la última nota.

Manuel Muñoz

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