La obra de la compañía Arte escénico y Musical de Almansa (Albacete), el primer premio, el Premio Especial del Público “Maribel Vallejos” y el Premio a mejor actriz, Estefanía Aroca. El acto se cerró con ka representación de la obra “La Gramática”
Torrevieja celebró ayer el “Día Mundial del Teatro”, con una gala celebrada en el Teatro Municipal, presentada por el director de la Escuela de Teatro Matías Antón Catalá y en la que estuvieron presentes, el alcalde de Torrevieja, Eduardo Dolón; el concejal de cultura. Antonio Quesada; el de educación, Ricardo Recuero y las damas de la Sal, Ana Vidal e Inés Martínez. El presentador, valoró positivamente la afluencia de público a la V Edición de los Premios Nacionales de Teatro “Raúl Ferrandez”, así como la fidelidad de un público fiel que ama el arte de Talhía.
Dio paso entonces a la lectura del Manifiesto que este año ha escrito el director griego Theodoros Terzopoulos y que fue declamado por Matías Antón Mena. Y que desarrollamos al final del artículo.
Se procedió entonces a la entrega de premios que corrieron a cargo del Presidente y Vicepresidente del Instituto Municipal de Cultura Joaquín Chaparieta, Eduardo Dolón y Antonio Quesada, respectivamente, el miembro del Jurado, Pedro Albaladejo y el hijo de Maribel Vallejos, Gustavo Mínguez.
El palmarés del Concurso fue el siguiente:
-Premio a la mejor obra, dotado con 2.000 euros y trofeo: «Agnes de Dios» de la compañía Arte escénico y Musical de Almansa (Albacete).
-Premio especial del público «Maribel Vallejos», de 500 euros y trofeo: «Agnes de Dios» de la compañía Arte escénico y Musical de Almansa (Albacete).
-Premio mejor actor: Javier Muñoz por la obra «En la luna», de la Compañía Alpi Teatre de L´Afàs del pi (Alicante)
-Premio mejor actriz: Estefanía Aroca por la obra «Agnes de Dios», de la compañía Artes escénico y Musical de Almansa (Albacete).
El jurado estuvo formado por el vicepresidente del Instituto Municipal de Cultura, Antonio Quesada, la secretaria Carolina Martínez -con voz pero sin voto- y como vocales María José Arias, Matías Antón Mena, Eliseo Pérez, Pedro Albaladejo.
Una vez realizada la entrega de premios, tuvo lugar la representación teatral de la obra titulada “La gramática”, protagonizada por María Adánez y José Troncoso, dirigidos por Ernesto Caballero.
La obra es una sátira que homenajea la relación con el legado que, según Lázaro Carreter, constituye el patrimonio más sólido: la lengua. ¿Puede la competencia lingüística generar marginación? ¿Puede el uso de una corrección sintáctica impecable resultar ofensivo para algunos?
Esta comedia, con pinceladas de parábola distópica, sobre los límites del lenguaje es un retrato ácido de la España actual, carne de telerrealidad, que destapa el empobrecimiento de la lengua y dispara con exquisita puntería a algunos de sus culpables.
La sinopsis de la obra es la siguiente: Por culpa de un inesperado accidente, una de las mujeres de la limpieza que trabaja en la RAE, de escasa formación, se convierte en una consumada erudita de la lengua y la gramática. Un reputado neurocientífico se ofrece para someter a la mujer a un singular proceso de desprogramación lingüística. Es decir, a un reseteo que solucione los numerosos problemas que este celo por la corrección está causándole a su vida. ¿Será posible desaprender lo que nunca se ha aprendido?. El público que disfrutó con esta desenfada comedia, despidió a los actores, puestos en pie con una cerrada ovación.
DÍA MUNDIAL DEL TEATRO 2025. MENSAJE DE THEODOROS TERZOPOULOS
¿Puede el teatro escuchar la llamada de auxilio que los tiempos modernos están enviando a un mundo habitado por ciudadanos empobrecidos y encerrados en las celdas de la realidad virtual y atrincherados en su asfixiante privacidad? ¿Puede hacerlo en un universo de existencias robotizadas dentro de un sistema totalitario de control y represión que abarca la totalidad de la vida?
El teatro ¿está preocupado por la destrucción ecológica, el calentamiento global, la pérdida masiva de biodiversidad, la contaminación de los océanos, el derretimiento de los hielos, el incremento de los incendios forestales y los eventos climáticos extremos? ¿Puede el teatro ser parte activa del ecosistema? Durante muchos años ha sido un espectador más del impacto que hemos tenido los seres humanos en nuestro entorno y se ha visto en dificultades para lidiar con este problema.
¿Le preocupa al teatro la manera en que la condición humana está siendo moldeada y manipulada en el siglo XXI por intereses políticos y económicos, los grandes medios informativos y las compañías que configuran la opinión general? ¿Se preocupa por el papel asumido por las redes sociales que facilitan la manipulación y se convierten en obstáculo, casi insalvable para la comunicación con el Otro?
Un sentido generalizado de temor por el Otro, el Diferente, el Extraño, domina nuestros pensamientos y nuestras acciones.
¿Puede el teatro funcionar como un espacio de trabajo para la coexistencia de las diferencias sin tener en cuenta la herida abierta?
La herida abierta nos invita a reconstruir el Mito. Palabras de Heiner Müller: “el Mito es un agregado, una máquina a la cual siempre se pueden conectar nuevas y diferentes máquinas. Transporta la energía hasta que la creciente velocidad explota el terreno cultural” y, yo añadiría, el terreno de la barbarie.
¿Puede el teatro arrojar luz sobre los traumas sociales y dejar de arrojar luz sobre sí mismo?
Preguntas ciertas que hace Dioniso al teatro cuando pasa por su lugar de nacimiento, el escenario del edificio teatral, y, cual refugiado, continúa su silencioso viaje a través de los paisajes bélicos hoy en día: el Día Mundial del Teatro.
Preguntas que no permiten respuestas definitivas, porque el teatro existe y perdura gracias a preguntas sin respuestas.
Miremos en los ojos de Dioniso, el extático dios del teatro y del Mito, que une el pasado, el presente y el futuro; el hijo de dos nacimientos, Zeus y Semele; la expresión de las identidades fluidas, hembra y macho, iracundo y gentil, divino y animal, en el límite entre la locura y la razón, el orden y el caos; un acróbata en la frontera entre la Vida y la Muerte. Dioniso formula la pregunta fundamental ontológica: “¿de qué se trata?”. Pregunta que conduce al creador a realizar una investigación cada vez más profunda en la raíz del mito y de las múltiples dimensiones del enigma humano.
Necesitamos nuevas formas narrativas cuyo objetivo sea cultivar la memoria y darle forma a una nueva responsabilidad moral y política que emerja de la actual dictadura multiforme de esta nueva Edad Media que vivimos en nuestros días.
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