Un cielo encapotado, que por fortuna dejó asomar el sol, aunque con unas temperaturas un poco bajas, se iniciaron ayer los desfiles procesionales de la Semana Santa torrevejense. Como en Jerusalén, una auténtica muchedumbre acompañó este primer recorrido, arropando a los pasos de Nuestro Padre Jesús Triunfante (La Burrica) y San Juan Evangelista. Pasadas las diez y media de la mañana se produjo la bendición de las palmas y ramos de olivo, a cargo del párroco del Sagrado Corazón, Ginés Ortiz en una explana abarrotada de un colorido público que portaba en sus manos las típicas palmas y ramas de olivo. Después se inició el cortejo camino de la Parroquia de la Inmaculada Concepción, que encabezó la cruz alzada, seguida del paso de La Burrica, portada al estilo andaluz, por dentro del paso. El misterio de Jesús en su entrada en Jerusalén, estuvo acompañado por la banda “Ciudad de Torrevieja – Los Salerosos”, que interpretó alegres marchas. Tras este se situó el paso infantil de San Juan, en el que son transportados los evangelios del discípulo, a hombros de niñas y niños comandados por Francisco Javier Torregrosa, que se movía al dictado de la banda de cornetas y tambores de la propia cofradía sanjuanista, a las órdenes de Antonio Giménez Gil. La procesión fue cerrada por el paso de San Juan Evangelista, con su capataz, Trinitario Serrano, acompañado por la banda de la Unión Musical Torrevejense. Entre los costaleros estuvo el alcalde de la ciudad, Eduardo Dolón, mientras la procesión fue presidida por el primer teniente de alcalde, Joaquín Albaladejo y el presidente de la Junta Mayor, Jorge Esteve.
Tras el paso de San Juan desfiló en lugar preferente el recién nombrado “Evangelista del Año”, Francisco Javier Pérez Rebollo.
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