Antoni Jakubowski
Crítico musical
Para el comienzo de un típicamente clásico programa del segundo concierto de la temporada de Orquesta Sinfónica de Torrevieja, el director José Francisco Sánchez propuso escuchar la interesantísima Obertura – obra de J.C..Arriaga (1806 – 1826), titulada “Los Esclavos Felices”. ? De dónde viene este título tan raro ? Aunque es bastante difícil imaginar a los esclavos felices, ya el mismo título atestigua la gran imaginación y fantasía del compositor, quien la compuso ya a la edad de 13 a?os. Es realmente lamentable, que un talento de tal magnitud vivía apenas 19 a?os. “Obertura” quedó como el único fragmento de la ópera – obra que lamentablemente no perduró hasta nuestros tiempos. La estructura de la composición formalmente simple, se divide en dos partes: primera lírica y la segunda vigorosa de mucha alegría y optimismo. Sí se trata de la interpretación, la distinción especial merecen recibir los violines por la formidable precisión técnica del rendimiento. Exquisita pieza fue servida como un sabroso aperitivo y ……es inevitable no compararla con las obras de W.A. Mozart o,tal vez, con las de G. Rossini. Con razón a J.C. Arriaga lo llaman “Mozart de Espa?a”.
La Sinfonía no 35 “Haffner” de W.A. Mozart (1756-1791),cerró la primera parte. La ejecución de las cuerdas nítidas y limpias del primer “Allegro con spirito”, hizo una actuación encantadora y bien articulada. En el siguiente movimiento la relación entre los violines primeros y segundos, sugeria más bien que estamos ante la presencia de una orquesta de cámara. El Menuetto fue formal, pero lleno de encanto y elegancia. La actividad de maestro Sánchez provocó bastante grande emoción al final, avanzando entre los acentos del timbalista, quien merece un aplauso especial por la ejecución muy virtuosa. “Presto” interpretado así cómo lo deseaba Mozart – lo más rápido posible – aunque – “rápido” puede ser relativo, ya que la precisión y selectividad de las semicorcheas en la interpretación tiene una importancia primordial. La ejecución de la Sinfonía “Haffner” ha sido realizada en forma muy competente, ligera, excitante y con unas ideas particularmente conmovedoras, dejando al público con el sentido de hambre por más Mozart.
Después del intervalo el maestro Sánchez con la OST deleitó al público presente, que cómo siempre repletó la sala hasta la última butaca, con la última Sinfonía de J.Haydn (1732 – 1809). Es increíble, pero el récord Guiness de haber compuesto 104 Sinfonías por este “más viejo” de los clásicos vieneses, no fue batido todavía y es poco probable que sea batido en el futuro. La interpretación de la Sinfonía “Londinense” No 104, tenía unos momentos maravillosamente animados – particularmente Andante y Minuet y en realidad la ejecución fue, no menos inspirada que las obras de la primera parte. No solo las notas estuvieron en su lugar, los tempos apropiados, la orquesta tocando junto y con precisión, sino también la interpretación impresionó con “ese algo” – la chispa – que diferenció el rendimiento de una lectura competente. La audiencia evaluó positivamente a los artistas, como resultado de lo cual, la Sinfónica brindó un precioso encore cómo postre; – Obertura de “Las Bodas de Fígaro”, por supuesto, de W.A. Mozart. El aplauso del público fue sumamente merecido.
P.D. Hablando de aplauso, hay que felicitar al público por no haber aplaudido (por primera vez) las sinfonías entre los movimientos. Ojala, que sea así en el futuro.
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