En el transcurso de la misma fue presentada la imagen de Santa Cecilia, que ha sido restaurada por el artista local, Víctor García Villalgordo
El Templo de Inmaculada Concepción, se llenó anoche, dentro de la normativa de esta pandemia que nos golpea, para asistir a una Solemne Misa, oficiada por el Párroco, Manuel Martínez Rocamora, y que se ofreció por los difuntos de la gran familia de Unión Musical Torrevejense.
La emocionante ceremonia, contó con la actuación del Grupo de Cámara de la Banda, dirigida por Carlos Ramón Pérez, que interpretó la “Missa Brevis”, de Jacob de Haan en sus cuatro movimientos, “Kyrie”, “Benedictus”, “Agnus Dei” y “Sanctus”. Tras la Misa tuvo lugar el homenaje a los difuntos de la Banda, que tradicionalmente se celebra por la mañana en el Cementerio Municipal, poniendo varias personas crespones con dedicatorias a una lira de flores, situada en un lateral del Altar Mayor.
A continuación le fue entregada un placa de agradecimiento al escultor, Víctor García Villalgordo, por la exquisita restauración de la pequeña imagen de Santa Cecilia, realizada de forma desinteresada, que ayer presidió en un lateral del Altar el acto.
A la ceremonia religiosa asistieron, las concejalas de Servicios y Deportes, Sandra Sánchez y Diana Box, acompañadas de la Presidenta de la Unión Musical Torrevejense, Lucre Paredes y su Junta Directiva.
Restauración de la imagen de Santa Cecilia
Los talleres de Víctor García Villalgordo, han sido durante una semanas el hogar de la pequeña imagen, más querida por los músicos, la de Santa Cecilia, que preside los salones de la sede de la Unión Musical Torrevejense en el Palacio de la Música, procedente de los Talleres Catalanes “Arte Cristiano” de Olot (Gerona), siendo una de las seriadas en fabrica en la década de los años 1950 y 1960 y que ayer fue presentada tras su restauración.
La misma ha consistido en levantar las dos o tres capas de pinturas existentes sobre la policromía original, retirándolas al no ser las adecuadas en este tipo de imagen, ya que no son pigmentos al óleo y que ocultaban las filigranas de pan oro de la imagen original, procediendo a tapar las pequeñas grietas producidas por el paso del tiempo, así como a reparar algunos dedos de la imagen, repintando adecuadamente y resaltando los detalles en oro fino, dando además un baño de oro a la aureola de la imagen.
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