Colegios como ELIS Villamartín experimentan una gran demanda de inscripciones con su apuesta por la fórmula de aprender jugando y la presencia de colaboradores de reconocida experiencia para el fomento de hábitos saludables.
Tras dos años de restricciones, los alumnos encuentran en las actividades veraniegas la desconexión ideal del uso abusivo de la tecnología y el sedentarismo a la vez que mantienen sus habilidades cognitivas y de aprendizaje despiertas en vacaciones de cara a septiembre.
La pandemia y las consecuencias derivadas de ella en forma de confinamientos y restricciones ha provocado cambios en los hábitos de vida que continúan presentes de un modo u otro. El uso abusivo de las pantallas digitales o la mayor dificultad para realizar actividades presenciales en grupo fueron algunas de ellas. Por eso algunas propuestas no sólo eran esperadas con anhelo, sino que han vuelto todavía con más fuerza de la que tenían antes de que el Covid-19 nos sorprendiera.
Es el caso de las conocidas escuelas de verano. Aunque desde hace algunos meses las aulas educativas ya disfrutan de la denominada “normalidad”, el próximo mes de julio supondrá la vuelta de este tipo de actividades. Y lo hace con un notable aumento de la demanda por parte de los padres, madres y alumnos. El motivo: la relajación de las medidas, la pérdida del miedo al contagio y la vuelta a una mayor libertad de movimientos, así como un gran anhelo en disfrutar del aire libre y el contacto social. “La pandemia obligó a un replanteamiento de los cursos de verano. Un año con la cancelación total y el siguiente con múltiples protocolos sanitarios y medidas que obligaron a, entre otras cuestiones, cancelar las salidas que incluían pernoctación. Este año nos hemos permitido no solo reprogramar los contenidos originales, sino incluso mejorarlos y potenciarlos, y la respuesta de las familias está siendo extraordinaria”, explican desde ELIS.
Deporte, arte o informática, talleres de cortometrajes, creación de una empresa o sesiones de cocina son algunas de las propuestas programadas, además de excursiones multiaventura y actividades acuáticas, o incluso la celebración de un festival de cine. Se trata de ofrecer diversión a la vez que se aprende, dando especial protagonismo a los idiomas: en el caso de ELIS, este tiene un peso esencial en la programación. Eso sí, jugando. “En ocasiones pensamos que una Summer School es una prolongación del colegio. Sin embargo, el concepto no es ese. Se trata de un lugar donde los niños puedan conocer a otros niños de su misma edad, probar diferentes talleres que despierten sus inquietudes, les ayude a descubrir nuevos intereses y los aleje un poco de las pantallas, algo que se ha convertido en un hobby demasiado común entre los jóvenes”, explican desde ELIS.
No sólo esto, sino que también se ha revelado como una excelente opción para aquellos padres que quieren que sus hijos mejoren su nivel de inglés pero que consideran que una estancia en el extranjero no es la mejor opción. Además, los educadores afirman que mantener un cierto nivel de actividad académica durante el periodo estival contribuye a que el parón de vacaciones no se haga demasiado largo, no sólo manteniendo sino potenciando las habilidades cognitivas y físicas de cara al siguiente curso.
El ejemplo de los campeones y profesionales
Compartir tiempo y conocer de primera mano la experiencia de campeones en sus disciplinas es otro de los alicientes para los alumnos. Los alumnos de la Summer School de ELIS Murcia, en concreto, tendrán la oportunidad de conocer a José Antonio Alcaraz, campeón del mundo de atletismo en los 1.500 metros para veteranos. “Los campus de verano ofrecen ocupar un tiempo hasta ahora cubierto por la asistencia a clases en los centros educativos, y que evita el sedentarismo o la adquisición de hábitos poco saludables como el abuso de aparatos tecnológicos (móvil, tablets, horas sentados delante del ordenador o la televisión…), pudiendo tener un contacto real con compañeros de su misma edad, en un ámbito más sano para ellos y disfrutando de actividades que no pueden realizar durante el resto del año. La práctica deportiva supone un aprendizaje encubierto de estos y muchos otros valores y enseñanzas, además de ser una herramienta socializadora muy necesaria hoy en día, cuyo principal objetivo es ayudarnos a ser buenos deportistas y mejores personas”, asegura.
En el caso de ELIS Villamartín, este año se cuenta con la incorporación de Playedu, empresa especializada en la organización de actividades extraescolares e innovación educativa que participa tanto en la programación como en la ejecución y seguimiento de los talleres, excursiones, juegos y sesiones.
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