Objetivo Torrevieja

Como las antiguas teles, aquellas de tubo catódico, y cuarenta kilos en canal pasaron a la historia y hoy día la ventana al ocio casero es el famoso plasma; “Objetivo Torrevieja”, hará un rastreo de la parrilla televisiva, que para bien o para mal supongan un “pasmo en el plasma”,  del telespectador. Como anillo al dedo viene el título para el primero de nuestros artículos dedicados al mundo de la tele, y es que lo que rodea a la Esteban, a la princesa de San Blas, a “nuestra” Belén, realmente pasma, me aventuro a decir que más que pasma, asusta. No será esta humilde gaceta  la que cargue las tintas contra la nueva Lady Di, ahora de Paracuellos, porque según un sondeo realizado, de los serios, si la susodicha se presentara a las elecciones generales sería la tercera fuerza más votada, de aquí a unos meses ¡¡presidenta del gobierno!!  … y aunque parece que no es su intención por ahora presentarse, solo la tienen que tentar para que monte su partido, que tiemblen primero y segundo, ….

El pasado Jueves, la cadena de la “charcutería fina”, engendró un pseudo documental titulado “Belén Esteban, la princesa del pueblo”, que previamente en un cine de la Gran Vía madrileña tuvo estreno “sideral”, como si de una superproducción de Hollywood se tratase. De vergüenza que colaboradores como Pilar Rahola, o María Antonia Iglesias, se prestasen a un espectáculo de tan baja estofa como esta. Indecente e inexplicable que se compare con un paralelismo ridículo y vergonzante la trayectoria de Belén Esteban, con la de Evita Perón,  … ¡¡¡que tendrá que ver los huevos, con comer trigo!!!.  Que una cadena nacional haya convertido su programación en un códice cuasi religioso en el que la diosa donde gira todo lo que sucede sea una friky, inculta y malhablada, con eterna mala leche, dice poco en favor de un medio de comunicación que hasta hace poco era llamada la “cadena amiga”. Que haya subido a los altares del ego a la susodicha, puede traerle efectos secundarios, quizá irreversibles en el futuro, no solo para ella, sino para su familia. Algún día que preveo no muy lejano, cuando dejen de interesar las aventuras y desventuras de este producto, como diría Risto Mejide, la  arrojarán del pedestal con el doble de ímpetu con que la alzaron y el golpazo puede ser morrocotudo. Aunque lo más probable es que le pille con las arcas tan llenas, que no sienta el dolor de la caída. Por cierto en el documental, no se habló de las millonadas que se embolsa la “princesa”, como si el secreto de las mismas fuera comparable con las cuentas de la verdadera Casa Real.