Fernando Guardiola
En Junio hará dos años en que la “cadena amiga”, Telecinco, nos ofrece a mediodía de lunes a viernes “Cámbiame”, un programa de cambio de imagen presentado por Carlota Corredera. La receta del programa es muy sencilla de cocinar y más vieja que “hilo negro”. Se meten en un puchero tres “expertos” en moda “Pelayo Díaz, Cristina Rodríguez y Natalia Ferviú”, y una o un “patio feo”, que ellos se encargan antes de que salga de hacerlo aún más “petardo”. Se añade una buena sesión de “chapa y pintura”, dos kilos de fajas de esas que ni se notan ni se sienten y esculpen y un puñado de ropa de lo más estilosa. Una vez bien mezclado se cuece a fuego lento, mientras en plató sus familiares y amigos, cuentan la mil y una penas que el/la voluntaria@ ha pasado en su vida, desde el desprecio de su marido en algunas ocasiones y que ya ni le da “candela” o las sonrisas pícaras y de mala leche de sus conocidas y amigas. Una vez cocinado sale de la olla una especie de sílfide o adonis que en nada se parece al/la que entró y que dejan estupefactos y emocionados hasta las lágrimas a los familiares e incluso a los asistentes a plató (con derecho a bocata de chorizo y refresco). Lo jodido viene después, cuando vuelven a casa se quitan las fajas (que ni se notan, ni se sienten ¡insisto!), se dan una mano de aguarrás y se duchan … y el “Cisne” que emocionó a millones de espectador vuelve a ser el/la petard@ del quinto que seguirá alimentando sus michelines a base de panceta y no comiéndose un torrao con su pareja, porque ¡claro! el “cambio” no lleva acaparado un premio económico, para que el voluntari@ pueda mantener de por vida su imagen artificial que en “Cámbiame” le han hecho creer, sin darse cuenta que como la Cenicienta, dan las 12 y su físico prestado, se convierte en “calabaza” con pepitas. En fin un programa que como dice su nombre, invitan a eso ¡Cámbiame! … de cadena.
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