Abrió con un emotivo discurso las XXXII Fiestas de Invierno del Casino
Fernando Guardiola
Los que conocemos a Lola Canales y nos honramos con su amistad, ya ibamos anoche predispuestos a escuchar como, con el cariño con que ella pone en todo lo que se propone, nos ofreciera un discurso de apertura de las Fiestas de Invierno del Casino, lleno de lo que ella se ha ganado a pulso año tras año, y por lo que a veces lleva implícito cuando la nombramos, como si de su propio apellido se tratará: “Corasón”.
Y no defraudó, muy al contrario, comenzó su discurso, con voz quebrada, mitad por la responsabilidad adquirida, mitad por un persistente catarro que sufría. Se remontó a su infancia, no sin antes hacer un acto de reconocimiento de “torrevenjismo” de sus progenitores, en especial de su madre, de la que dijo, evocando a la habanera, que “nunca me iré de mi Torrevieja”. Trazó un paralelismo, lleno de emocionantes anécdotas, contando como visitaba el casino de la mano de su padre, viendo en la “inmensidad” de sus escalinatas y decoración el “Palacio de hadas” que todos soñamos de pequeño. Narró sus travesuras arrancando de los cuadros los “puntos rojos” que indican la venta de los mismos expuestos, y como “descubrió”, su primera biblioteca, que más tarde, junto a la “Carmen Jalón”, serían un elemento básico de consulta en su carrera. Tuvo un momento de entrañable recuerdo para su amigo personal, el escultor y pintor Victor García Villagordo, que se hallaba presente, y en especial del día de 1992 en que el entonces incipiente artista realizaba su primera exposición, que con tan solo 16 años, supuso por entonces, todo un acontecimiento social de primer orden. No olvidó la época en que vivía en la calle Ramón Gallud, coincidiendo con la presidencia en el Casino de Tomás Martínez, y vecino suyo en aquel tiempo, del que según contó, por la indumentaria que llevaba diario, su madre intuía, si había o no algún acto importante en el Casino. En sus recuerdos, no olvidó su paso por la vida social de la Parroquia de la Inmaculada, donde coincidió con el sacerdote Fernando Rodríguez Trives, a la sazón Pregonero de las Fiestas de este mismo año. Contó en tono de humor, como se alargó durante cuatro años una catequesis de confirmación que no llegaba, por problemas eclesiásticos. No olvidó su ingreso en el coro juvenil de la Parroquia de la Inmaculada, donde coincidió con compañeros, que hoy son primeras figuras en coros y como solistas. Y por último no quiso dejar de hacer una declaración de amor por su familia, por sus “hombres”, en especial su esposo y sus dos hijos, trazando un hermoso hermanamiento de la Virgen de la Nieves y nuestra inmaculada, y las costumbres del pueblo de procedencia de Ernesto, su marido, y las propias de nuestra ciudad.
El colofón lo pusieron sus antiguos compañeros del coro, Antonio Quesada y Antonio M. Prieto, que acompañados al piano por Aurelio Martínez, le regalaron varias habaneras que emocionaron el, de por si ya grande, “corasón” de Lola Canales. Tras firmar en el Libro de Honor de la Sociedad Cultural Casino de Torrevieja, recibió de manos del Presidente de la misma, un placa conmemorativa. El acto estuvo presentado por la Vicepresidenta de la entidad, Rosario Soler y al mismo acudió Eduardo Dolón alcalde de la localidad, acompañado por varios miembros de la Corporación Municipal, el cual dirigió unas palabras de elogio a la mantenedora, destacando su afecto personal hacia a ella, asi como resaltó su intachable paso por la vida política en el ayuntamiento como concejal de Bienestar Social y ONG’s.
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Filed under: Cultura | Tagged: casino, Fiestas, invierno, Lola, torrevieja, XXXII |
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