“El teatro es tan infinitamente fascinante, porque es muy accidental, tanto como la vida.”
Arthur Miller
Noche de teatro en el coliseo municipal en la noche de ayer. Desde media hora antes la plaza de Miguel Hernández, ya era un hervidero de gente que aprovecha los momentos previos para visitar los centros de restauración que jalonan la plaza y que hasta hace poco tiempo veían como sus negocios se apagaban.
Un aforo lleno de gente ávida de cultura, de teatro del grande, ya no importaba que fuera gratuito, porque seguro que aún cobrando se hubiera dado el mismo lleno. La obra “Intocables”, una perfecta muestra de teatro moderno, con una puesta en escena genial, con decorados cambiantes, que lo mismo representaban una habitación de la lujosa vivienda del protagonista, que un bosque, o el fondo de una de las escapadas perimetrales que el protagonista hacia con su cuidador narrando sobre el escenario una obra basada en una historia real.
Pero vayamos al meollo de la obra, que está basada en la película “Intouchables” de Oliver Nakache y Enric Toledano, con adaptación de Garbi Losada y José Antonio Vitoria. La obra es una especie de comedia, con halos de tragicomedia, en la que un rico aristócrata, se queda tetrapléjico tras un accidente de parapente. A su servicio tiene a dos cuidadores que ejercen sus cuidados de forma sistemática y rutinaria. Un día aparece por casa un chico negro que había estado en la cárcel y que lo único que pretendía es reunir cinco negativas de proposición de empleo para cobrar el subsidio. Pero Philippe, ve en él algo que no sabe explicar y que hace que impulsivamente le contrate para un mes. En ese mes el cuidador provisional se convierte con sus locuras, sus arranques de entusiasmo y su forma de ser en un cómplice que lleva a hacer todo tipo de locuras que jamás hubiera pensado.
Los gags del cuidador, que fueron muchos, eran celebrados por el respetable con aplausos, incluído cuando al intentar presentar a una amante al señor, pensó en alguien de Torrevieja e incluso le quería llevar a cenar a Las Cañas. Un crack de primera el tal Jimmy Roca, que da la réplica a un extraordinario actor como es Roberto Álvarez, que borda un papel en el que tiene que transmitir al público todo lo que siente, desde la alegría por un encuentro fortuito, hasta la tristeza de un desamor, con la mirada o el solo movimiento de la cabeza.
El teatro en pie hizo saludar hasta cinco veces a estos magníficos actores que nos hicieron pasar una hermosa noche de teatro que compartieron con nosotros los concejales, Ricardo Recuero, Antonio Vidal y Gitte Lund.
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Filed under: Actualidad, Cultura |
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