Coincidiendo en el tiempo con la celebración del pleno de ayer, unas cuarenta personas, entre conductores y monitoras de los autobuses escolares que la empresa Costa Azul, destina al transporte escolar, subvencionado por el Consell, se manifestaron a las puertas de la Casa Consistorial, para expresar su malestar por la pasividad del equipo de gobierno municipal en exigir al Gobierno Regional que de marcha atrás, como ha hecho en otros municipios, en la decisión de realizar el cómputo de la distancia del domicilio de los alumnos al del centro en línea recta y que ha dado lugar a la supresión de varias líneas de autobús, que afectan a la movilidad de casi 700 alumnos y que ha supuesto el despido de cuarenta trabajadores de la empresa, entre conductores y monitoras.
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