La avería de la mayoría de los puntos de iluminación que jalonan el perímetro del edificio del mercado de abastos y centro comercial La Plasa deja en penumbra las calles de su entorno, ofreciendo un lamentable estado de abandono e inseguridad, precisamente en una de las zonas más transitadas del centro urbano de Torrevieja.
El problema que por sus características y por afectar a la iluminación de varias céntricas calles del municipio, debiera de ser atendido directamente por la concejalía de alumbrado público, es de competencia exclusiva de la Concejalía de Mercados, que no puede asumir la reparación de las luminarias por la caótica y ruinosa gestión que desde el P.P. se viene haciendo del mercado de abastos y del fracasado centro comercial que lo corona.
Todo un despropósito que ha dejado medio a oscuras parte del centro del casco urbano de la ciudad de Torrevieja, que favorece que el centro deje de ser un lugar atractivo para los visitantes y que afea enormemente la imagen de la ciudad.
Por el aspecto y la dejadez de la zona, todo parecería indicar que nuestros gobernantes del P.P. estarían encantados en liquidar la capacidad de resistencia que todavía mantiene el sufrido comercio y restauración que a trancas y barrancas sobrevive en el centro, rematando así las reiteradas actuaciones que se han llevado la actividad comercial al extrarradio de Torrevieja.
Los Verdes han solicitado una actuación urgente para reponer el alumbrado del exterior del mercado de abastos y centro comercial La Plasa, que sea incorporado a las instalaciones de alumbrado público municipal y que su mantenimiento y conservación sea realizado por personal del propio Ayuntamiento o por la empresa adjudicataria del servicio.
El famoso pelotazo de La Plasa, que iba a ser el negocio del siglo y que en su día se vendió como la manzana de oro de Torrevieja, es uno de los muchos problemas heredados de la época del saqueo y de la corrupción que identifican los gobiernos de Hernández Mateo y del Partido Popular durante los últimos años. Una estafa en toda regla cometida por unos políticos corruptos y un peligroso delincuente inmobiliario, tal y como la fiscal de la Audiencia de Guadalajara definió al famoso inversor al que se le adjudicó a dedo las obras del Centro Comercial La Plasa.
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