Las tablas del Teatro Municipal, fueron ayer testigos de uno de los monólogos más disparatados que hemos visto con un Luis Zahera, que es una figura el teatro y cine, intérprete que ganó el Goya al mejor actor revelación por “El Reino”. El compostelano comenzó contándonos muchas anécdotas, llegando a la conclusión de que tiene algo “chungo”, él como persona, en su físico, en su forma de ser, que hace que toda la vida lo hayan tratado como a quien lo es realmente, incluyendo los papeles que le dan a la hora de trabajar.
Zahera tiene una vis cómica innata y como muestra fue este monólogo en que no se corta un pelo y nos va poniendo en situación, contándonos, a lo largo de poco más de una hora, las cosas que solían hacer y decir sus padres, su tío, las tomaduras de pelo de sus hermanas, una familia un tanto chunga de la que Luis ha conseguido sacar enseñanzas y anécdotas divertidas que él considera que “dan para monólogo”.
Recuerdos de infancia que son también la de muchos espectadores, como series míticas de televisión, personajes de las mismas, anuncios que también se veían. Un poco de todo, un batiburrillo de aquello que conformó los años 70, 80 y 90, un repaso por el pasado que nos identifica. Luis Zahera, desarrolla su monólogo, un tanto deshilvanado, como si estuviéramos en un bar contando anécdotas.
Zahera continuamente advierte de que el monólogo comenzará más tarde, que lo que estamos escuchando son prolegómenos, explicaciones de cómo funcionaba su familia como dando a entender que sin ese previo no comprenderás lo que está por venir. Pero cuando parece que el monólogo va a comenzar, la función acaba.
Lo pasamos bien escuchándolo y nos reímos, aunque salimos con la sensación de habernos dejado “con la miel en los labios”. Pero nos divertimos, que era a lo que íbamos.
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Filed under: Cultura | Tagged: Luis, monólogo, torrevieja, Zahera |
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