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Macaco, brilló en el Pilar con “Hijos de un mismo Dios”

Álbum, pinchando sobre la foto (M. A. Villa)

Álbum, pinchando sobre la foto (M. A. Villa)

Fuente: Web “En mi lado del Sofá”

Macaco comenzó el concierto con el primer single de su nuevo disco, Hijos de un mismo Dios, en el que se pudo ver a la gente tararear y seguir con las palmas el ritmo de esta nueva canción, comenzando el show de una forma de lo más prometedora. Le siguió Dancing Man 53, que, como dice el propio título, tuvo al público y al propio Daniel Carbonell (cantante de Macaco) bailando hasta su finalización. Coincidir fue la siguiente, la cual dio paso a Ratapampam, la canción más movida de la tarde. ConVolar, el segundo single de Historias Tattooadas, Macaco consiguió crear un aura de buen rollo en la sala, lo que permitió que el cantante le pidiera al público que se agachara y cantara junto a él el estribillo de la canción. Después de Arriba las banderas llegó el turno de Gástame los labios, canción que causó un declive del ánimo del público, promovido por la melosidad del ritmo y la ternura de la letra. A pesar de este bajón, Macaco supo animar de nuevo a su público con Me olvidé de vivir, última canción de su nuevo disco de la tarde y le siguió la ya mítica Love is the only way, canción grabada a fuego en las memorias de todos los asistentes después del boom que tuvo hace unos años. Para terminar, Macaco se guardaba un as en la manga y tocó Con la mano levantá, canción que dio a conocer al grupo allá por 2005. Daniel agradeció a los asistentes y a todos sus fans el apoyo que le han brindado durante todos estos años a partir del lanzamiento de esa última canción y cantó el estribillo de la canción una y otra vez. Se echaron de menos otras canciones míticas de la banda como Moving o Tengo, pero aún así, el público salió con buen sabor de boca.


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