El Hospital Quirón Torrevieja hará hoy estudios nutricionales gratuitos, en horario 10 a 13 horas y de 16 a 18 horas
Con motivo del Día Nacional de la Nutrición, que se celebra hoy jueves, 28 de mayo, los hospitales Quirón Valencia y Quirón Torrevieja harán estudios gratuitos para evaluar el sobrepeso y los hábitos alimenticios a quienes se acerquen al stand que se instalará en las entradas de ambos centros, en horario de 10 a 13 horas y de 16 a 18 horas.
En Valencia, la jornada culminará con una charla abierta al público, programada para las 18.00 h, en el aula de formación (Plaza Legión Española, 4), en la que la especialista de la consulta de lactancia de Hospital Quirón, Paloma de Miguel, dará las pautas necesarias para una alimentación saludable durante el amamantamiento.
En 2015, el Día Nacional de la Nutrición lleva por lema En el embarazo y la lactancia comer bien es el mejor “Te quiero”. El objetivo de esta efeméride es concienciar a la mujer gestante de la importancia de una alimentación saludable durante la etapa de embarazo y de amamantamiento del bebé. De hecho, una mala alimentación durante la gestación, ya sea por una ingesta energética excesiva o deficiente, acarrea peligros para el bebé y la futura mamá. Como advierte la doctora Carina Gimeno, nutricionista de Hospital Quirón Valencia, “puede ser el origen de patologías graves como la hipertensión, el exceso de líquido amniótico o hidramnio, la hipermadurez fetal, el bajo peso en el bebé o el incremento de las posibilidades de partos prematuros y abortos”.
El coste energético del embarazo se ha estimado en 76.380 kcal, que corresponden, en mujeres bien nutridas a 4.780 de los tejidos fetales, 35.800 a los depósitos de grasas y 35.800 a la necesidad de mantenimiento de nuevos tejidos. La doctora Carolina Pérez, nutricionista de Hospital Quirón Torrevieja, aconseja que esta cantidad de energía extra y necesaria se aporte a partir del segundo trimestre de gestación mediante una ingesta suplementaria de 200-300 kcal/día.
Entre los alimentos más recomendables en la dieta de las embarazadas se encuentran los proteicos, como pescado, legumbres, huevos y carnes magras; los lácteos, necesarios especialmente al final del embarazo para la osificación fetal; los ricos en hierro, como carnes rojas y moluscos; y verduras de hoja ancha, levadura de cerveza, frutos secos y soja, ricos en ácido fólico para la prevención de los defectos del tubo neural. En cuanto a los no recomendados, la doctora Gimeno aconsejaa “no tomar steak tartar, sushi, fiambres no cocidos, miel, lácteos no pasteurizados, verduras y frutas no lavadas adecuadamente y pescados que acumulan metales pesados, como el atún o el emperador”.
Para evitar la pirosis o acidez pospandrial, la doctora Pérez sugiere “comer de forma lenta, poca cantidad y con poca grasa, beber líquidos fuera de las comidas principales y evitar la posición horizontal durante 1-2 horas después de las mismas”.
La alimentación en la mujer lactante
Durante la lactancia se recomienda una dieta sana y variada, que no tiene queser diferente de la de una mujer que no esté dando de mamar. ”En realidad, es durante la gestación cuando el cuerpo de la madre se prepara para la lactancia, acumulando los nutrientes y la energía que va a necesitar”, apunta Paloma de Miguel, consultora de lactancia IBCL de la Unidad de Pediatría de Hospital Quirón Valencia. Un caso especial sería el de las mamás vegetarianas, “ya que pueden presentar algunas carencias vitamínicas, como la B12, que habría que suplementar por otras vía”, advierte la especialista.
Existen numerosos mitos alrededor de la lactancia y la alimentación. Un ejemplo es el de los alimentos que dicen producir gases en el bebé porque lo hacen en la madre, como las coles, las legumbres, el zumo de naranja o las bebidas con burbujas. Sí es verdad que los alimentos con sabores más característicos y fuertes pueden cambiar el sabor de la leche, pero esto no solo no es un impedimento, sino que a los bebés parece que les gusta. “Los estudios confirman que, más allá de ser un inconveniente para los niños que son amamantados, a diferencia de los que toman biberón, aceptan de mejor grado los diferentes alimentos cuando se les ofrece la alimentación complementaria a partir de los seis meses de edad”, concluye De Miguel.
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