Su corto de animación “La noche del océano” ha sido nominado a los Premios Goya 2016, que este año celebra su 30º edición
Mari Carmen Lavesa Corral
El pasado mes de febrero de 2015 tuvimos la oportunidad de contemplar una exposición en la Sala Vista Alegre, en la que se presentaban los dibujos y el proceso creativo de este corto dirigido por la torrevejense María Lorenzo. La película, producida por Enrique Millán y con la colaboración del Grupo de Animación: Arte e Industria del departamento de Dibujo, la Universitat Politècnica de València, ha sido subvencionada por Generalitat Valenciana – CulturArts, y en su realización colaboraron Sergio Pilán (animación de efectos), Rafael Andrés (grafismo), el compositor Armando Bernabeu Lorenzo (música original), Martí Guillem (sonido), Hugo Mas y Russell Di Napoli (doblaje). El corto, basado en un relato de suspense escrito en 1936 por Robert Barlow y H.P. Lovecraft, cuenta con varios reconocimientos y premios a nivel internacional, como el Premio del Jurado en el H.P. Lovecraft Film Festival celebrado en 2015 en California, EEUU, así como también ganó en el pasado mes de octubre el Primer Premio del veterano festival de Quartmetratges, en Valencia.
V.A. María, te podías imaginar hace un año, el éxito alcanzado con “La noche del océano”?
M.L. Cuando estás realizando un corto que es un trabajo personal en el que se invierte tanto tiempo le pones mucha ilusión y, claro que sí, mientras realizas tantos miles de dibujos no puedes evitar recrearte con la idea de que subirás a recoger algún premio con él. Sin embargo, cuando esto sucede, siempre es muy inesperado. Puede ocurrir que esperes que el corto va a gustar en muchos festivales pero terminas recolectando menos selecciones de las esperadas (algo muy común hoy en día, porque producir cortos de animación es cada vez más asequible y hay mucha competencia), y aún así, a “La noche del océano” le ha ido bien porque ha obtenido más de 40 selecciones en menos de un año. Pero eso no importa. Lo importante es hacer la película, y que sea la película que tú quieres ver. Si finalmente ocurren sorpresas maravillosas como la que nos ha ocurrido con los Goya, eso es la guinda del pastel. Lo que realmente me gustaría sería llegar a los ochenta años y seguir realizando películas con la misma ilusión.
V.A. Si mal no recuerdo, cabe destacar que muchos de los paisajes que recrea el cortometraje han tenido como inspiración rincones de Torrevieja, como el Caballete de las Eras de la Sal, playas, calas, y alguno de los edificios costeros ya desaparecidos de la Comunitat Valenciana, como el Balneario de Las Arenas. ¿Cómo definirías este aspecto? ¿Cómo añoranza de aquella aldea que fue Torrevieja y que se ajusta más a la época en la que Barlow escribió este cuento fantástico, o simplemente como imágenes que te resultaron más accesibles a la hora de hacer referencia al entorno donde se desarrolla la historia?
M.L. Existe cierta unanimidad en el mundo del cine en que, si buscas entornos en los que basarte para crear los escenarios que necesitas, lo mejor es siempre recurrir a lo que conoces de primera mano. Pero sí creo que hay cierta similitud de fondo entre la Ellston Beach del relato, que es imaginaria, y los paisajes naturales de Torrevieja. No en balde Robert Barlow era de Florida, y Florida tiene raíces españolas; a su vez, la antigua Torrevieja parecía un pueblecito colonial, muy en sintonía con el Caribe con el que comerciaba. Y el Mediterráneo, no nos engañemos, es un mar de naufragios, como demuestran algunas fotos antiguas de los Darblade, tan terribles como bellas, de goletas hundidas en nuestras costas. No ha habido “añoranza”, pero sí inspiración: pasé muchos veranos en la Playa de los Locos, viendo los dos pequeños chalets de una de las calas, de modo que cuando leí por primera vez el cuento, donde se menciona a menudo la solitaria cabaña frente al mar donde va a parar el protagonista, enseguida sentí intuitivamente cómo debía ser el paisaje que lo rodeaba, porque para mí ya era un paisaje vivido.
V.A. En esto de los Goya, ¿se valora el hecho de que “La noche del océano” haya sido galardonada a nivel internacional, o no tiene mucho que ver?
M.L. No tiene absolutamente nada que ver. No te lo preguntan. Además, me consta que ha habido cortos que se han terminado para la fecha límite de recepción del concurso, es decir, que se han presentado sin recorrido previo de ningún tipo, y que han sido nominados. También ocurre que ha habido cortos con un recorrido extraordinario y que, sin embargo, no han pasado la criba. Por mi parte, he tenido gran ayuda de la Filmoteca de Valencia, que ha puesto todo su empeño en dar a conocer a los académicos los cortos valencianos.
V.L. ¿Cómo recibiste la noticia de la nominación a los Premios Goya? ¿Qué te pasó por la cabeza en ese momento?
M.L. Fue una sorpresa gigantesca, como he dicho, porque las nominaciones las votan los académicos, que son 1.120 personas. No sé hasta qué punto se implicarán todos en el proceso, pero desde luego agradezco mucho a aquellos que nos apoyaron. Me enteré porque esa mañana llamé por teléfono a Enrique, mi marido (el productor) para recordarle que se pusiera en internet la retransmisión del anuncio, y justo en ese momento estaban diciendo el título del corto. Lo oí por el teléfono y no me lo podía creer. Pero no lo difundimos demasiado; en el momento me limité a mandar un SMS a mis familiares cercanos (sí, SMS, no uso whatsap) y seguí con mi trabajo. Sin embargo, la gente se enteró enseguida y nos llovieron las felicitaciones. Lo que pensé es que esa misma gente me había deseado suerte desde que anunciamos que estábamos preseleccionados, y me alegraba mucho poder dar un motivo de celebración.
V.A. Supongo que el hecho de estar nominada es un reconocimiento que puede abrir puertas. ¿Te ves como creativa de la industria, o prefieres seguir tu propio ritmo?
M.L. Las puertas ya las ha abierto, ya que el corto ha sido adquirido para su emisión en televisión nacional privada (algo que no es nada fácil conseguir en este país), y de hecho se podrá ver en pases especiales organizados por festivales, como el del Festival de Cine de Alicante (se podrá ver en junio). Además, dentro de muy poco una editorial valenciana va a publicar un libro donde explico el proceso de producción de la película, ¡en exclusiva y a todo color! Pero yo no soy una creativa de la industria, yo soy simplemente creativa, o ni siquiera eso: hago mis cortos con la misma ilusión que pinto un cuadro o escribo, es simplemente porque no sé vivir de otra forma. Todos mis compañeros del colegio saben que yo ya era así de pequeña. “La noche del océano” no es una película de la industria, sino un proyecto personal, realizado lentamente, con medios absolutamente domésticos, e incluso con un embarazo y una crianza por en medio. Y no tengo intención de trabajar de otra forma. Si soy profesional de algo, es de la enseñanza, que es un poco como ser actor, pero creyéndotelo más; si además puedes compartir en tus clases tu trabajo personal, el reconocimiento de los alumnos es mayor. Todo ayuda.
V.A. ¿Qué proyectos tienes en mente?
M.L. De los proyectos no se habla porque se gafan, especialmente si solo están en embrión. Como los embarazos.
V.A. María, agradezco tu atención y te deseo la mejor de las suertes el próximo 6 de Febrero, fecha en la que estaremos pendientes de la Gala. ¿Con quién irás? ¿Tienes pensado dónde vas a poner el premio?
M.L. Iré con mi querido productor, sin el cual esta película, sencillamente, o no la habría hecho o no sería igual. Con los futuribles no se hacen planes, pero, si suena la flauta, Enrique quiere tenerla en su vitrina, junto a las miniaturas que él mismo realiza.
Sinopsis: “La noche del océano” (2015) adapta el relato homónimo de Robert H. Barlow y H.P. Lovecraft, en forma del cuaderno de un artista cuyos dibujos se animan para relatar su encuentro con lo imposible.
La acción sucede en un pueblecito en la costa, en torno a 1920. Nowan, un hombre de la ciudad, se traslada a una cabaña solitaria para pasar allí sus breves vacaciones. Es septiembre y el pueblo se vacía de visitantes. Gradualmente, Nowan pasa de disfrutar de sus baños en el mar y sus dibujos, a intuir que ese idílico paisaje esconde un secreto siniestro. Los descubrimientos que realiza, así como su encuentro con un extraño ser abisal, lo persuadirán finalmente de abandonar el lugar.
Dirección: María Lorenzo Hernández
Producción: Enrique Millán Almenar
Nominado a los Premios Goya 2015 como Mejor Cortometraje de Animación Español
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Filed under: Actualidad, Cultura |
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