El lunes 11 de noviembre, a las 19 horas, en el Centro Cultural Virgen del Carmen, tuvo lugar la tercera de las ponencias programadas para la XVI Semana de la Ciencia, a la que asistieron los concejales Ricardo Recuero y Rosa Cañón.
La doctora María Luisa Molina, directiva de Ars Creatio y coordinadora de esta serie de actividades desde su primera edición, agradeció la concesión —junto a Conchita Mercader Valdés, a quien también felicitamos— el pasado viernes del LIII Premio Diego Ramírez Pastor, en el primer acto público de la entidad cultural tras el fallo del jurado. Lo cual hacemos extensivo desde estas líneas, tanto a los miembros de dicho jurado como a la ciudad de Torrevieja, y a todos los colaboradores y simpatizantes de Ars Creatio desde su nacimiento, hace ya casi diecinueve años. Este galardón también es suyo, por su labor desinteresada en pro de la cultura en general y de la local en particular.
Tercera conferencia: María Trinidad Herrero Ezquerro
La catedrática de la Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia desarrolló su conferencia «La medicina con dimensión de género». Como tesis principal, la ponente sostuvo que las mujeres, a lo largo de la historia de la medicina, han estado infradiagnosticadas e infratratadas por haber estado infrainvestigadas. A pesar de que las mujeres, por término medio, son un lustro más longevas que los hombres —diferencia aún más acusada en otras especies—, su calidad de vida se resiente a causa del padecimiento de mayor número de enfermedades crónicas. Así lo indica la autopercepción de la salud, menor en las mujeres según aumenta su edad.
Siempre según la conferenciante, las mujeres han sido «invisibles» en un mundo diseñado por hombres, también en la medicina y en la investigación para la salud. En los experimentos preclínicos con animales se utilizaban especímenes machos porque los cambios hormonales de las hembras podrían alterar los resultados. Además, eran machos jóvenes, con lo cual se hacían difíciles los avances para enfermos de edad provecta; también en las pruebas clínicas, cuando se estudiaban los efectos de los fármacos. Por este motivo, en 1993 se promulgó una ley —que no se cumplía en todos sus términos— para incluir a las mujeres en estos estudios. Ya en 2015 se incluyó el concepto de sexo como variable biológica de investigación.
Distinguió Trinidad Herrero el concepto de sexo (biológico, que radica en las células) del de género (cultural, que afecta al comportamiento). Más concretamente, el género estaría constituido por los «papeles construidos socialmente, comportamientos, actividades y atributos que una sociedad dada considera apropiados diferencialmente para hombres y mujeres». En la medicina de género se estudian los factores interseccionales —también en los varones—, pues las personas enferman de forma diferente según condicionantes económicos, sociales y políticos, o medioambientales, o por estilos de vida. Esto lleva a la medicina personalizada: más que cada enfermedad, se estudia a cada enfermo.
La conferenciante expuso que las mujeres sienten un específico «malestar de género», distinto a la forma masculina de sufrir: las mujeres sufren más, pero es más alto su umbral para quejarse. Estas diferencias no siempre se tienen en cuenta. A continuación, enumeró algunos datos científicos, como que el corazón de las mujeres late más rápido, o que los óvulos son las células más grandes de su cuerpo, o que el sistema inmunológico femenino es más fuerte. Un ejemplo significativo es el hecho de que un dolor en el brazo izquierdo es síntoma de infarto en los hombres, mientras que en las mujeres lo es un dolor en el pecho, que antes se achacaba a una causa leve.
La salud no comprende sólo el aspecto biológico, sino la esfera en que se vive. Por tener otras condiciones sociales, las mujeres enferman de otra manera. En una sociedad cada vez más longeva, las mujeres suelen ocuparse de los parientes mayores. Este y otros condicionantes acarrean una larga serie de enfermedades crónicas. Por otra parte, el cromosoma X tiene 1669 genes, por los 426 del Y. En ellas son también más frecuentes las enfermedades no transmisibles.
Trinidad Herrero trató asimismo el caso de las enfermedades mentales; una de cada cuatro mujeres la padece en su vida, tres de cada cuatro enfermos de alzhéimer son mujeres, y la causa no debe asociarse con su mayor longevidad. Abogó por unos estudios adecuados, pues puede deberse a los citados factores interseccionales. Deben evitarse las falsas asociaciones para no extraer conclusiones erróneas. Defendió el uso de la inteligencia artificial en medicina, pero cuidando los datos que se le introducen. Como conclusión, la conferenciante afirmó que en los países donde hay más igualdad hay mejor salud. El objetivo no sólo consiste en vivir más, sino en vivir mejor: lograr un envejecimiento digno, con las facultades plenas.
Entrega de obsequio y próxima conferencia.
Después de la serie de preguntas del público —en las que Rosa Cañón aportó su interesante punto de vista profesional—, Trinidad Herrero recogió el logo salado de Ars Creatio de manos de la mencionada concejal, que, como se sabe, es además médica y oncóloga.
La cuarta y última charla de esta XVI Semana de la Ciencia tendrá lugar el próximo jueves 14, asimismo en el Virgen del Carmen y a las 19 horas. Francisca Giménez, catedrática de Ciencias del Mar, nos pondrá al día sobre «La nacra, un desastre medioambiental en nuestro Mediterráneo».
María Trinidad Herrero Ezquerro
Catedrática de la Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia, es directora del Instituto de Investigación en Envejecimiento, presidente de la Real Academia de Medicina y Cirugía de la Región de Murcia, y miembro de la Real Academia Nacional de Medicina, donde ocupa el sillón de Anatomía.
Se trasladó desde Calahorra (La Rioja), donde nació, hasta Pamplona para estudiar Medicina, ya que, como asegura: «Desde que tengo uso de razón, quería conocer el cerebro», licenciándose en 1985 en Medicina y Cirugía por la Universidad de Navarra. Obtuvo su doctorado en Medicina y Cirugía en 1987.
Su orientación investigadora la llevó a recorrer diferentes países pasando por instituciones como Oxford o el Instituto Salk. Su avidez por conocer el funcionamiento del cerebro la condujo a seguir investigando en esta área en la cuna de la neurología, el Hospital de la Pitié-Salpêtrière, donde investigó y realizó multitud de publicaciones.
Además de médica, también se licenció en 2011 en Periodismo y en 2014 en Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad de Murcia. Tiene maestrías de Medicina: en la Universidad de Cambridge en Anatomía, en la University College de Londres en Neurología, y el Máster en Medicina Estética y Antienvejecimiento de la Universidad Complutense de Madrid.
Durante su trayectoria profesional ha sido vicedecana en la Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia y vicedecana de Medicina en la Universidad Jaime I. Actualmente, es directora del Instituto de Investigación en Envejecimiento de la Universidad de Murcia. En el plano internacional es miembro honorífico de la Asociación Médica Argentina y académica correspondiente extranjera de la Academia Nacional de Medicina de México.
En 2018 fue elegida presidente de la Real Academia de Medicina y Cirugía de la Región de Murcia. Esta prestigiosa investigadora de la Facultad de Medicina es la primera mujer que preside esta institución, fundada de forma definitiva en el año 1811. Esta institución surge de una hermosa y plural tradición que ya brillaba en la Edad Media por medio de una antiquísima Academia de Medicina, cuya existencia puede encuadrarse en los años en los que ejercieron su actividad figuras tan relevantes como Abraham Musa Phia, Honain ben Isaq, Ibn Sabín y el extraordinario Ibn Arabí, figura cumbre de la ascética islámica.
Ocupa las presidencias de Lyceum de Ciencia y de la Asociación de Mujeres Científicas de la Región de Murcia. En 2021 ingresó en la Real Academia Nacional de Medicina, donde ocupa el sillón destinado a la Anatomía (el número 31).
A lo largo de su vida, Trinidad Herrero ha materializado su visión feminista de diversas maneras. Una de ellas fue la asistencia a la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer de las Naciones Unidas en Pekín, un punto de inflexión para la agenda mundial de igualdad de género. Ya instalada en Murcia, lideró la creación de la Asociación de Mujeres Científicas de Murcia, un foro que tiene como objetivo eliminar las barreras que se interponen en las carreras de muchas profesionales científicas. Actualmente tiene en marcha un proyecto europeo de gran importancia, en el que una de sus líneas de investigación es la medicina con dimensión de género.
María Luisa Molina Gallego y Antonio Sala Buades
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Filed under: Cultura | Tagged: Cultura y Sociedad |
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