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Por segundo año consecutivo, y con tres pases, dos de mañana para los colegios y un tercero vespertino para el público en general, la compañía teatral de La Cueva de Melpómene ha puesto sobre el escenario una particular versión de los orígenes de Lily, el Ogro y el Lobo. Los cabezudos también se dejan ver en este espectáculo familiar, repleto de música, color y referencias torrevejenses, que primero escribió el dramaturgo Pedro Albaladejo y luego ha montado y dirigido.
Martes 3 de diciembre. Unos minutos antes de las 10 de la mañana, el ambigú del Teatro Municipal recibe a los 350 escolares, del primer curso de primaria, que acompañados por sus profesores han acudido a disfrutar de las aventuras de la Bella Lola (Sara Toribio) allá por los años cincuenta del pasado siglo, bajo el mandato en el consistorio local de don Antonio Sánchez Sala. Curiosidades del teatro, y por tanto de la vida, entre el público se encontraba un nieto del mandatario de la época, a quien da vida José Antonio Sánchez.
Los aplausos espontáneos, las risas, los cánticos, “Serafina, la cochina”, no han tardado en comenzar entre el respetable en cuanto los compases invitaban a echar garbanzos torraos por debajo de la puerta. A Matías Antón, el Ogro y Vicente, se le ha sumado Antonio Ballester para ser el Lobo, enamorado, y Carlos, quien luchará con Ariel (Marcos Gómez) por el amor de Lily Oldtower (Maite Martínez) quien a su vez mantiene una relación con Serafina (Almudena Corrales).
Mientras que el año pasado, un total de seis personas dieron vida a la obra, en esta ocasión el elenco se ha ampliado y cuenta entre sus filas con un cuerpo de baile (la artífice de las coreografías es Arantxa Blanco) que igual cantan “Bajo el mar” que entonan la habanera “Torrevieja”: Lisa Söderberg, Lucía Meseguer, Vicky Meseguer, Héctor Lucas, Damián Bear, Belén Hernández, Mara Guillén, Maribel Bernabé, Cruz Martínez, Noelia Dolón y Merche García.
mediodía, los del segundo turno, otros 322 alumnos de distintos colegios de la localidad, han ocupado sus butacas dispuestos a criticar que Serafina ensucie de pipas el paseo, emocionarse con la tristeza de Lily y su posterior alegría y demostrarle también que no está loca por escuchar lo que le dicen las olas del mar.
Ya por la tarde, y pese a la lluvia, el público se agolpaba para el estreno, ya que en 2018 el Teatro Municipal estaba cerrado, este era un gran motivo para volver a visitarlo. Más de quinientas personas han decidido que estas fiestas patronales sí querían saber quién se va a trabajar a Benidorm y quién contrata a la charamita. Si Serafina deja de ensuciarle el paseo a la Bella Lola, si Carlos deja de usar una máscara para hablar de sus sentimientos. También si finalmente Lily consigue que su nombre se pronuncie sin acento, porque no es “la Lilí”, y, sobre todo, si descubre de qué modo ser feliz en Torrevieja.
Susana Juan
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