Objetivo Torrevieja

La necesidad de recordar el sacrificio personal de tantas mujeres nos informa no solo de la memoria histórica sino de un presente en el que la condición femenina es aún, y en muchos sitios, sinónimo de humillación, menosprecio e injusticia.Aun así, este día ha de servir como mínimo para no cejar en el empeño de lograr una sociedad en lucha contra la desigualdad y contra el machismo, presente en todas las capas. Los ejemplos, por desgracia, son innumerables. Desde la utilización de la mujer como arma de guerra, como satisfacción masculina o como venganza bélica (violaciones, secuestros, esclavitud sexual), hasta la discriminación en la vida laboral. Desde la permanencia de los roles clásicos y vergonzantes hasta la violencia doméstica. Todos tenemos en mente la gravísima situación de la mujer en determinadas situaciones y en culturas en las que aún se la considera un objeto, pero lo cierto es que en sociedades más avanzadas el panorama no es más halagüeño. No solo por el maltrato descarnado sino por situaciones cotidianas que nos deben hacer reflexionar sobre nuestra salud moral. La oscuridad del machismo se impone también en la contemplación del cuerpo femenino (incluso de menores) como reclamo publicitario y periodístico, en la dejación de responsabilidades domésticas por los hombres, en la brecha en el mercado de trabajo, y en multitud de detalles, como el muy notable aumento del sentimiento de acoso y posesión masculina, incentivada por las tecnologías, en las nuevas generaciones. No estamos hablando solo de la reivindicación de derechos esenciales sino de un definitivo cambio de mentalidad que debe fundamentarse en la educación y en la reprobación de cualquier conducta sexista, por menor que sea. Estamos hablando no solo de mujeres sino de todos nosotros en conjunto, seres humanos. Todos estos son unos buenos motivos para salir hoy a la calle en todas las ciudades y velar por la defensa de los derechos de la mujer.

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