Objetivo Torrevieja

Julián Carcaño Pareja – Los Verdes

Julián Carcaño

Consejeros y altos directivos de Caja Madrid y de Bankia disfrutaron durante al menos diez años —entre 2003 y 2012— de tarjetas de crédito de empresa a las que supuestamente cargaron gastos personales por valor de 15,5 millones de euros.
En esos 86 consejeros hay un retrato de familia de la casta política española: PP, PSOE, IU, CC.OO., UGT, la Patronal y la Casa Real. Lo grave es que ninguna de esas organizaciones alzó la voz para denunciar lo que estaba sucediendo. El propio Pedro Sánchez fue asambleario de Caja Madrid durante cinco años, de 2004 a 2009, y en ese tiempo no sólo permitió los desmanes sino que era perceptor de los fastuosos regalos que la caja realizaba por Navidad –pantallas de plasma, home cinemas, móviles de última generación…- y de bonificaciones en su hipoteca.
Lo escandaloso de las tarjetas opacas no nos debe impedir ver el trasfondo: la ocupación de las cajas de ahorro por la casta política hasta su práctica aniquilación. Bajo el Gobierno de Felipe González se aprobó, en 1985, la Ley de Ordenación y Regulación de las Cajas de Ahorros (LORCA), que dio el control y el poder dentro de las mismas a las comunidades autónomas y entidades locales; es decir, al partido que tuviera la mayoría en cada comunidad autónoma.
Con el Gobierno de José María Aznar (1996-2004), se acrecentó la intromisión política en las cajas de ahorro y su deriva hacia las inversiones de corte especulativo y de tipo electoralista.
Caja Madrid empezó a estar dominada por el PP cuando Ruiz-Gallardón alcanzó el Gobierno de la Comunidad de Madrid en 1995. MIGUEL BLESA, por recomendación o imposición de su amigo AZNAR, fue nombrado presidente del consejo de administración de Caja Madrid en 1996 (hasta 2009).
La ambiciosa Esperanza Aguirre logró la Presidencia de Caja Madrid en 2003, después del sucio “tamayazo”. Las relaciones del Gobierno de Esperanza Aguirre con Miguel Blesa se empezaron a torcer en 2008, justo con el estallido de la crisis financiera.
Pronto se desencadenó la gran batalla dentro del PP por el control de Caja Madrid y Aguirre planeó sustituir a Blesa; éste buscó el apoyo del otro sector del PP sentado en los órganos de gestión que capitaneaba el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. Durante el verano de 2009, Blesa y concejales de Ruiz-Gallardón se intercambiaban correos electrónicos; en uno de ellos, uno de los colaboradores del alcalde le remite a Blesa una noticia en la que se da por seguro que el PP de Aguirre quiere colocar al frente de Caja Madrid a Ignacio González.
Fue Mariano RAJOY, como Presidente del Partido Popular, quien puso fin a esa guerra del PP madrileño imponiendo la solución de Rodrigo RATO.
Rato, el otrora superministro de Economía de Aznar y ex Director Gerente del FMI, pasó a ser presidente del consejo de Caja Madrid en enero de 2010 y de la creada Bankia en diciembre de 2010 hasta su dimisión en mayo de 2012, tras concluir el hundimiento que habían iniciado el PP y Blesa.
Que 86 consejeros se gastaran a escondidas 15,5 millones de euros es escandaloso. Como escandaloso es que una caja de ahorros haya estafado a sus clientes con las preferentes y las hipotecas abusivas (con los consiguientes desahucios). Pero más escandaloso y mucho más grave es que el hundimiento de Caja Madrid-Bankia nos haya costado los 22.424 millones de euros de su rescate, que el rescate conjunto de las cajas de ahorro nos hayan costado 43.000 millones de euros y que, entre inyecciones de capital, esquemas de protección activos, deuda + capital del SAREB, adquisición de activos financieros (FAAF), y emisiones de deuda de bancos avaladas por el Tesoro Público, se calcule un importe total de 219.397 millones de euros para el rescate financiero español.
Los españoles estamos pagando ese rescate con recortes y miseria económica, mientras los directivos que hundieron las cajas y los políticos que les pusieron al frente de las mismas siguen viviendo a todo tren a costa de los sufridos contribuyentes.

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