Objetivo Torrevieja

Fernando Guardiola

El Segura nace en Pontones (Sierra del Segura), pasa por Cieza, Archena, Molina, Murcia y Orihuela, desembocando en Guardamar del Segura. Tiene como afluentes importantes a los ríos Mundo y Guadalentín. (“Enciclopedia Álvarez”. Segundo grado)

VÍDEO: Desembocadura del Segura (J. Carrión)

Nací en Archena (Murcia) a la ribera del Segura, un río que discurre desde su nacimiento regando y dando vida a las haciendas de Calasparra con el mejor arroz del mundo, a Blanca, Cieza y Archena, con los mejores melocotones y albaricoques, junto a las naranjas y limones qué dan el brillo del oro a una tierra que se considera  la huerta de Europa, tras dejar el Valle de Ricote, riega Murcia y su huerta y forma un vergel junto a Orihuela, ya en la provincia de Alicante.

En ese trayecto riega las mejores tierras de la despensa frutal de España, dónde se producen desde las citadas frutas de la Vega Media,  hasta las verduras del Pilar de la Horadada o las granadas de Elche, pasando por un sinfín de productos que llegan a todos los rincones del mundo.
Junto con el río Taibilla, convertido en canal al principio de los 60, que nos da de beber a prácticamente toda la Vega Baja, aunque después, desde los años 70 que comenzará a funcionar el trasvase Tajo-Segura, se ha mostrado insuficiente al crearse nuevas zonas de cultivo, al disponer de esa agua adicional, que en los últimos tiempos está politizada y que no nos llega nunca en la medida necesaria.

Pero como cada ente vivo nuestro Segura, tiene su cara amarga, una cara que es la que cíclicamente, aproximadamente cada 5 años, unas veces en mayor medida y otras veces menos, deja su estela de destrucción en la que, desde luego, él no es el culpable, sino muchas veces nosotros los humanos, que intentamos lo que habitualmente se llama “ponerle puertas al campo”.
Como hemos dicho cíclicamente la lluvia, en lo que llamábamos antes “Gota fría” y ahora dentro de la tecnología que cada vez avanza y ya no saben cómo llamarle, que si “Dana” o la “Ciclogénesis explosiva”, qué suena a la fin del mundo, pues la naturaleza deja caer lluvias torrenciales, que a veces no pueden ser absorbidos por ninguno de los sistemas que el hombre ha dispuesto, porque recordamos que en 1987 y a raíz de las graves inundaciones que hubo en la Región de Murcia, se hizo un plan de avenidas, por el qué en cada rambla se dotó de un sistema embalses qué trataban de aliviar el desembalse al propio río.

Pero contra la fuerza de la naturaleza no podemos hacer nada y a veces el río que tantas alegrías nos da, que tanta riqueza produce, nos trae la miseria y por desgracia como en esta ocasión, la muerte.
No podemos por ello decaer, sino que el ejemplo de solidaridad que nos está uniendo ahora mismo, sirva para exigir en el futuro a autoridades y a la Confederación Hidrográfica del Segura, que cumplan con su deber, un deber que debería haber pasado por limpiar cauces, que en muchas ocasiones, ha sido una de las causas del desastre que estamos sufriendo por la acumulación de cañas y desechos.

En Torrevieja, por suerte a pesar de haber caído más de 200 litros por metro cuadrado, podemos darnos con un “canto en los dientes”, porque queramos o no, desde hace unos 8 años se han sucedido las obras de aliviaderos por las lluvias, porque sino como en otras ocasiones el agua al llegar al Paseo de La Libertad y otros lugares,  hubiera anegado muchos de los restaurantes de la zona, como sucedía siempre.

Es  verdad que las obras de la zona de la Urbanización “El Paraíso”, no se han podido terminar por la complejidad de las obras, de ahí que se hayan producido episodios tan lamentables como los que han sucedido, pero ello no es óbice para que algunos  en vez de resaltar la solidaridad y la unión que en esta ocasión el pueblo de Torrevieja ha mostrado, se dediquen a sacar los trapos sucios de hace años en nuestra ciudad, pues considero no es el momento de criticar, sino de ayudar y de poner en marcha la solidaridad de todos para hacer posible el lema que se ha creado y que sólo se puede resumir con un grito  ¡Fuerza Vega Baja!

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