Fernando Guardiola
Lo primero que quiero hacer en este artículo es felicitar al artesano que ha realizado el Belén municipal, porque desde hacía tres años no contaba con un soporte técnico y tan trabajado como este año, pese a la buena voluntad de los trabajadores municipales que años atrás se han dejado lo mejor de ellos para hacerlo, pero cada obra de arte necesita un artista y este año se ha contado con él. El de esta ocasión, es un Belén tan parecido al de hace algunos años, pero tan corto de espacio, que pienso qué hay cosas que creo que no me puedo quedar en el tintero. Torrevieja y los torrevejenses, y mal que le pese a algunos, yo soy torrevejense, somos gente de tradiciones y este año el Belén, nuestro Belén, no es el mismo que nosotros teníamos hace años, por mucho que nos duela. Es verdad qué ha mejorado mucho respecto al año pasado, en que más parecía aquello un Hospital de la Caridad, de cojos, mancos e impedidos, con el que hoy nos ocupa¸ pero también es verdad que el Belén “Monumental” que era ejemplo y envidia de todos los pueblos de alrededor, era un Belén espectacular. He querido contar para ilustrar mi artículo con dos vídeos, los dos realizados por la misma persona, nuestro colaborador en la web, Enrique López Joga. Un vídeo de él muestra el Belén hace unos años y otro de ayer mismo. El Belén de hace cuatro años era un belén vivo, donde muchas de las figuras tenían movimiento, el humo salía de las chimeneas, las figuras cuando cortaban madera se movían, al pescar alzaban la caña para sacar los peces, trabajando en la fragua movían los brazos martilleando las piezas. Donde el agua corría, en una catarata y se expandía por un rio y un lago. Han desaparecido escenas fantásticas, ¿dónde ha ido a parar ese mercadillo dónde había frutas naturales, dónde se vendían lechugas, coles y tomates? ¿Dónde han ido a parar esas figuras de los niños en hombros de sus padres?, ¿Dónde ha ido a parar esa figurita, tan querida por toda Torrevieja, de la tonta cayéndose por las escaleras?, ¿Y la Torre del Moro?, ¿Dónde está la alegoría de las salinas de Torrevieja “completa”?, aquella en la que aparecían los trabajadores extrayendo la sal, llevándola las barcazas y que ahora se resumen en poner las tres barcazas únicamente? … y ¿donde está la gente? porque hay que reconocer que si te pones a mirar nuestro Belén no hay nadie en las calles, en los caminos, todos en casita. El Belén de Torrevieja está vacío. ¡Claro! Es lo lógico, se hace una alegoría al pueblo de Torrevieja actual, porque las calles se asemejan a un viernes o un sábado por la noche en esta ciudad, quizá estén en Alicante, quizá estén en Murcia, en Orihuela Costa o en La Zenia,… pero aquí no y han hecho bien en ponerlo y contrastarlo en nuestro Belén de este año, porque es el fiel reflejo de nuestra Torrevieja. Pero me preocupa mucho saber el destino de la infinidad de figuras que no están. Quizás, cuando hoy salga este artículo a la luz, habrá muchos que me apoyen y otros tantos que me tachen de “meapilas”, pero ¡no!, ¡va a ser que no!, que si encima de que no tenemos narices a convertir en Torrevieja en el centro comercial y turístico de la Vega Baja en estas fechas, inundando de luz ¡he dicho de luz, no de velas! … de sonido, … de arte y de actividades este mes completo, no somos nada, ni turísticamente, ni importamos nada a nadie de los alrededores. La gente, los jóvenes de Torrevieja se está yendo a Orihuela Costa, a Rojales, a Murcia, a Alicante porque allí hay un ambiente de la futura Navidad que nos espera con mercadillos navideños, con actuaciones musicales en las calles, con muchas más cosas que aquí no tenemos, por no tener no tenemos ni ilusión.
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