En una ciudad cómo Torrevieja, que en los últimos años ha crecido al ritmo que los tiempos nos van marcando, encontrar a una persona como Inma Vera, es como cuando vas por el desierto y encuentra un oasis. Y lo digo con conocimiento de causa, porque cuando comencé hace ya unos once años a dedicarme a la vida pública en el aspecto de asociaciones y poco después a la información, fue cuando realmente conocí a esta persona que anoche recibió y muy merecidamente el Escudo de Oro de la Asociación de Amigos del Carnaval. Inma es esa persona que como en cada pueblo, cuando se está cocinando algo, el caldo y los ingredientes (la carne, el pescado, las legumbres, …) las ponen los políticos; pero estos, me da la impresión de que a veces no saben cocinar y para ello está la “salsa” y los condimentos, como la sal, la pimienta, el azafrán, el orégano e Inma Vera reúne muchos de esos ingredientes, aunque yo me quedaría con qué es el pereji, l porque Inma es ese perejil, que como diría nuestro admirado Arguiñano está presente en todas las salsas y en todos los platos. Desde el primer momento que la vi me “enamoré” de ella y de su forma de ser, por su alegría, por su viveza, por ese torrente de imaginación y sobre todo de cariño y amistad que profesa, cuánto se le busca siempre está, siempre y cuando vayan con esas buenas intenciones, que ella siempre propone. Desde aquel momento, se creó entre nosotros un nexo de unión en el que siempre sé que puedo contar con ella, por eso cuándo esta madrugada he recibido la noticia del desarrollo de la gala del pregón de anoche, a la que no pude asistir por estar enfermo, se me quitaron todos los dolores y fue de la inmensa alegría que me dio ser partícipe de esta buena noticia. Inma Vera, pese a que es muy joven aún, es la historia viva de Torrevieja, ya le puedes preguntar de algo de hace 100 años, que no te preocupes que te lo va a contestar. Amante, quizá más que nadie en este pueblo, de las habaneras y ¡ojo!, le importa un comino quién sea el partido político que esté en el gobierno, para defenderlas a capa y espada y trabajar por ellas; porque como ella dice: “nació en las habaneras” y ahí está al pie del cañón, siempre que la buscas. Sería cuestión de hacer un estudio y que todos y cada uno pusiéramos en práctica, su filosofía de vida, basado en que tiene de disfrutarla a tope, siempre acompañada de lo mejor que hay en este mundo la familia y los amigos, aunque nunca por este orden. Así que amiga mía, como tú dices “amiga” (palabra hermosa donde las hayas si se siente de verdad), desde estas líneas te doy mi enhorabuena y te deseo que disfrutes de este título todo el año y sabes que como siempre te digo, te mando un “te quiero” de amor y respeto enorme a ti, a Miguel y a tus hijos Miguel e Inma y por supuesto ¡gracias por estar ahí y por existir!.
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