Juan Carlos García Sala
Torrevejense del Sequión
El curso 70/71, fue el primero del instituto de Torrevieja. Yo empecé tercero de bachiller y tuve la suerte de tener de jefe de estudios y profesor de Historia durante tres años al malogrado Eduardo Vaquero, gran docente y comunicador que nos hizo comprender y que nos gustara tan farragosa asignatura. Estudiamos desde la Edad de Piedra, hasta la Edad Contemporánea, repasando conquistadores, emperadores, reyes, jefes de estado y demás mandamases. Nos deteníamos en hechos sin pasar a discutir las contradicciones o conveniencia de sus guerras, matanzas, tratados o convenciones del personaje del día, era historia y como tal la repasábamos.
En esas entremedias, falleció el entonces jefe de estado Francisco Franco (1.975), con el disgusto de unos y la alegría de otros. Pues bien, de esto hace 44 años, más que el tiempo que estuvo en el poder el dictador.
Vengo a contar esto, a colación del cambio de “domicilio“ del susodicho y la controversia que ha montado.
A lo largo de la historia, han existido personajes que hoy nos parecen sanguinarios, déspotas, generosos o locos, pero en su tiempo y contexto es lo que hicieron y por eso se les recuerda.Desde los faraones de Egipto, Moctezuma, Conquistadores de América, reyes caprichosos y los más recientes Hitler, Stalin, Videla, Pinochet, Somoza, Ceaucescu, Idi Amín, Jomeini, Bin Laden y tantos otros y por otro lado a Da Vinci, Seneca, Aristóteles, Einstein, Chaplin, Fleming, Mandela, Lennon y tantos otros, que para bien o para mal, hoy forman parte de la enciclopedia de la historia. Igualmente el dictador Franco después de 44 años, también forma parte de ella y como tal se debería ver. Independientemente de la idoneidad del cambio de ubicación al alejarlo de muchas de sus víctimas y acercarlo a su círculo familiar que han dado chance a horas y horas de tertulias televisivas, ha servido para agrupar seguidores y acrecentar odios que poco a poco se habían desinflado y no es difícil encontrar en redes sociales, defensores y detractores, exigiendo el traslado de cuerpos de otros líderes políticos, implicados en lejanas guerras civiles y muertos hace más de 80 años.
Como siempre, es mi humilde opinión de un tema que estaba ya con telarañas y nos hemos empeñado en darle vida.
Evidentemente no cambiará la historia, como mucho le añadirá una página más y en unos años, nos preguntaremos aquello de ¿dónde estabas cuando sacaron a Franco?
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