Su clausura es el último capítulo del desmantelamiento del comercio tradicional y cercano de Torrevieja
Fernando Guardiola
Cuando ayer un buen amigo me mandó un wass app en el que me decía textualmente: “Sumofi está liquidando por que cierra, ¡que pena! ¿no?, … ven y compra algo, ya sabes que tienen lo mejor”. Me quedé “de piedra”. Más que nada porque quizás, y según me recordó después Amalia, fui uno de los clientes fijos que por aquella época frecuentaba el establecimiento. Nos remontamos a Abril de 1987 cuando Sumofi abrió sus puertas. Era un tienda especializada en artículos de oficina, creo que la primera de este tipo de la ciudad, y que pronto se convirtió en proveedora de los mejores despachos y empresas, por la calidad y exclusividad de sus productos, que se acompañaban de un servicio familiar, amable y con todas las garantías. Al frente del mismo, dos mujeres emprendedoras que no tenían horas por tener siempre a punto cualquier pedido, por difícil que fuera a la hora y el lugar justo. Amalia Galant y Queru Himbernón, disfrutaban de su trabajo y de su tienda de la calle Clemente Gosálvez, 24 teniendo, siempre a punto, cada artículo y cada herramienta. Sus escaparates, obra de los Hermanos Amalia y Juan Galant, han sido durante años premiados en las Galas del Comercio Local e incluso por marcas como “Mont Blanc”. Pero llegaron tiempos en que la proliferación de grandes superficies, las famosas tiendas de todo 100 y las de los prolíficos “Chinos”, en que la competencia se hace imposible y donde el gran consumidor pierde la noción de lo que significa la relación “calidad / precio”, Sumofi, siempre ha optado desde el principio al final por la calidad.
Tristeza, es lo que me produce ver mi ciudad inundada de tiendas de 24 horas, de todo 0,60, 1 € o lo que sea, ocupando espacios donde antes existían empresas señeras como Pablo Espinosa, Muñoz Espinosa, Modas Mediteráneo, y tantos otros cuyos nombres van pasando a formar parte de la historia del comercio familiar de Torrevieja. No voy a culpar a políticos de ningún color, ni de ningún tiempo, pero que esta ola que se está llevando por delante la historia de nuestro comercio, tiene que tener alguna causa. Quizá falta de ayudas al pequeño y mediano comercio. Ayudas más efectivas que tirar globos, cohetes y tracas. Planificación. Ayer leía en algún lugar que el Ayuntamiento de París en su afán por conservar el comercio tradicional, compraba, en algunos casos los locales y los alquilaba a los mismos dueños por cantidades significativas, ayudándolas en el ornato y decoración, para que permanecieran siempre como atracción de los visitantes. Creo sinceramente que aquí nos hemos “dormido en los laureles” y ya puede ser muy tarde. Cuando una gran ciudad como Torrevieja, que debería tener un centro comercial urbano, plagado de boutiques de renombre, Zara, Stradivarius, etc que revitalizaran y de paso contagiaran con su presencia las muy buenas tiendas de ropa, perfumería, zapatos y otros artículos de alta calidad que tenemos, cada día que pasa, son más los comercios que ocupan el centro de los establecimientos que citaba al principio (0,60, 24 horas, chinos, etc). Lo de la plaza es punto y aparte, aunque no descarto que dentro de unos años, veamos donde esta una de las referencias e la historia de la ciudad un Centro Comercial con algún nombre exótico, pongamos por caso “El Sueño Chino”.
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Me apena ver como un comercio tradicional cierra sus puertas, pero no estoy de acuerdo con el diagnostico. Este tipo de empresas comenzaron su declive con la aparición de empresas como kanguros, viking, office direct, etc, grandes multinacionales del suministro de oficinas que te servían en 24 horas el mismo producto mucho mas barato, a esto se suma las tiendas online, los cartuchos reciclados, la tendencia a no consumir papel en las oficinas por su digitalización; y por último los chinos, empresas con amplios horarios donde comprar de todo y en sus comienzos casi a cualquier hora a un precio con un margen muy ajustado, ya se sabe ganar poco vendiendo mucho al contrario del comercio tradicional que ha tenido como costumbre ganar mucho vendiendo poco. Tras este cierre vendran mas y a pesar que lamento la perdida de esta referencia local, habría que preguntarse porque esas ayudas no van dirigidas a hacerlos competitivos a meterlos en el siglo XXI, hacer rifas y premios por comprar mas caro, seguramente con una experiencia de compra mas agradable, nos centramos en que creen sus comercios online, que innoven con la ayuda de profesionales de distintas áreas, marketing, finanzas, fidelización.
En fin de acuerdo en el fondo pero no en el diagnostico, es fácil culpar al comercio chino, pero si os fijais la gran mayoría de los productos que venden son de empresas españolas como la alicantina hega hogar que hace lis envases de plástico en ibi o la murciana Leopard que fabrica o importa textiles del hogar, o marcas conocidas como los colorines carioca o alpino..
El mundo cambia y el que no cambie con el esta condenado a desaparecer.