Fernando Guardiola
No es un trabalenguas. Es una realidad que está sucediendo en nuestra ciudad desde hace una par de meses. Las vallas nos inundan. La compañía que está instalando el gas, lleva ya tiempo con las obras de instalación de la red de distribución por todas las calles de la misma. Pero últimamente se han proliferado y lo que es peor, sin orden ni concierto. O al menos esa es la impresión que da. Aunque luego alguien me tache de que quiero organizar la vida de los demás, o de que pretendo ser concejal de Obras Públicas. No es de recibo que una empresa constructora este realizando unas obras de esta envergadura y que no haya un plan premeditado, para saber con antelación que calles se van a cortar y que itinerarios alternativos hay para llegar a un destino. Y si lo hay ¿por qué no lo hace público con antelación para poder advertir a través de cualquier medio incluida la web municipal de esos planes?. Y lo digo porque hoy en día salir de casa y querer llegar a un punto determinado es como la lotería y el anuncio de la misma. Que aunque no hayas echado te toca. ¿Cuántas veces vamos conduciendo y de pronto ves a un operario que coge una vaya a cien metros de distancia y te dices en voz alta, ¡Me cierra la calle! ¡Me cierra la calle!… Pues si ¡Te la cerró!. Y ahora a girar a derecha o la izquierda, intentado llegar al lugar que deseas, dando más rodeos de los que quisieras, porque claro en nuestra ciudad, no están las calles diseñadas con direcciones prohibidas alternativas, sino que puedes encontrar hasta tres calles seguidas en que no puedas girar para ir a tu destino. Eso de que te hoy acuestas y a otro día el coche esta en el depósito, no es la primera vez que sucede ni será la última, por mala señalización, o a veces inexistente. Y no hablemos de los aparcamientos. No entiendo porque, en un fin de semana, la empresa constructora no recoge los viernes sus vallas y se las guarda en un almacén hasta el lunes en vez de repartirlas estratégicamente ocupando aparcamientos a troche y moche. Como si el aparcamiento en Torrevieja no fuera uno de los mayores problemas. Otra cuestión que muchas personas se preguntan, es porque no van poco a poco abriendo y cerrando calles, en vez de tener media Torrevieja “embosá”, como decía mi amiga torrevejense de pata negra.
Los torrevejenses, de nacimiento y de adopción no merecemos esto, necesitamos salir y saber de antemano si vamos a llegar al lugar donde debemos a tiempo, o nos vamos a perder en el “Laberinto del Fauno”. A veces pienso que lo único que nos va a quedar es rezarle a la Purísima por que este tormento acabe pronto, y esa es otra, que nos dejen las calles como estaban antes de iniciar esta “guerra de trincheras”.
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Menos mal… pensaba que era yo el único que veía que el tema del gas parece que lo van improvisando calle a calle.
Ademas nos están dejando el asfalto con una elegante y discreta zanja de hormigón.
Por supuesto sin avisar a vecinos, garajes y demás… un día te levantas y ZAS!!
También cuando cierran las zanjas al poner el asfalto lo ponen mal aveces ponen demasiado y crean baches, algunos se notan demasiado creo que deberían dejarlo igual de plano. Esto junto a los badenes y resaltos destrozan el coche