En algunas ocasiones he aparecido en este espacio de Objetivo Torrevieja informando de noticias de distinta índole y que se refieren a nuestra ciudad, pero hoy, Fernando Guardiola (propietario de esta pagina y gran amigo) me permite que me tome una licencia en éste apartado para hablar de una personita que ha entrado en mi vida (y en la de mi familia). En rigor, el texto que viene a continuación debería de llamarse “la felicidad de ser abuela”, a lo que sería necesario añadir que se trata de todo un arte, que requiere compromiso, responsabilidad y sobre todo, de una actitud amorosa y tierna. En lo que a mí se refiere, nada me ha sido más fácil que convertirme en abuela. Me encanta sentirme y actuar como tal. Nunca imaginé que tenía ésta disposición para ser abuela y de ahí que piense que es el mejor rol que la vida me está permitiendo ejercer. Lo cierto es que ellas y ellos (los nietos) lo viven con mucha naturalidad. Aun así, cuando llegan a este mundo es importante tener una abuela o abuelo cerca.
Incluso quien no conoce la expresión: ¡No tienes abuela…!.
Tanto es así, que, aunque intento centrarme ésta semana en otros temas más cotidianos, nada tiene tanta importancia como esa personita de cara sonrosada. Me pregunto si las y los nietos llegan a sentirse igualmente gratificados. Bueno, como puedes comprobar querido lector, hoy mis palabras van dirigidas a él:
Mi muy querido nieto: Son en estos momentos las 7 y 10 de la mañana del 11 de Junio de 2013. El martes 4 llegaste a nuestro lado a las 18 horas. Estoy sentada frente al ordenador intentando escribir como en otras ocasiones para estas paginas y sin quererlo me sale ésta carta, donde expreso todo el amor que tengo guardado en mi corazón para ti. Ya sé que el amor no es algo que deba plasmarse en una carta; ni siquiera es algo que deba ser guardado en el corazón. El amor se entrega a la persona indicada frente a frente.
No sé cuantos años tendrás cuando puedas leer estas palabras; ni siquiera sé si llegarás a leerlas algún día. Me gustaría pensar que seré yo misma quien te las lea y así explicarte como han sido estos momentos de felicidad. Pero estoy segura que de alguna forma llegarán a tus manos.
¿Sabes cariño? me doy cuenta que el amor de los abuelos es algo que ningún niño debería perderse; tampoco ningún abuelo debería perder el amor de sus nietos. Entenderás con el tiempo que los abuelos somos tus raíces, tu pasado, tu historia, tu familia y tu sangre; formamos parte de ti de la misma manera que tú formas parte de nosotros. Bueno, Juan Tabaré, cariño: a lo largo de tu vida, que ojalá sea una vida plena y feliz, cuando te embargue algún sentimiento de tristeza, pena o desilusión, sabrás que aquí estaremos nosotros, tus abuelos, para acogerte y ayudarte en todo cuanto necesites. Un beso y un abrazo muy fuertes, de tu abuela.
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