Juan Carlos García Sala
Torrevejense del Sequión de las Eras de la Sal
Corría el 7 de Agosto de 1.955, cuando comenzó el periplo habaneril en nuestro querido pueblo, un periplo que se gestó un año antes para promocionar el típico canto de 2 por 4, tan arraigado y cantado en corrillos de amigos y familiares, con la intención de darlo a conocer a propios y a los numerosos e incipientes veraneantes (huelgas), que acudían en época canicular a disfrutar de la tranquilidad y sencillez de este pueblo marinero y salinero de la costa levantina .
Aún recuerdo cuando mi padre, guitarrista de la Schubertiana (el Zapato), me llevaba a los ensayos del coro, allí conocí a ilustres como Tomás Payá, Manolo “el bisicleta”, el Cancano, Manolo Céspedes, el Terry, Tafalla y otros tantos. Todos ellos dirigidos por el no menos ilustre, Don José Hódar Talavera, continuador del excelente trabajo del maestro Quino.
Claro, enfrente tenían al Coro de E y D de las Salinas (el alpargate), magistralmente dirigido por el maestro Vallejos, donde cantaba mi querido tío Carlos Sala y mi tía Antoñita. Con una sana rivalidad que los hacía mejorar y superarse.
Y fue en el antiguo escenario del paseo Vistalegre donde se gestó lo que 65 años después y tras pasar por varias fases de remodelación e internacionalización que sigue vigente, fuerte y vivo a día de hoy.
Todo los que disfrutamos de la Habanera de una manera u otra, nos hemos dado cuenta de que nuestro Certamen Internacional, ha sufrido un estancamiento, ya sea por falta de ideas, planificación o por el “dejarse ir” por el renombre del concurso (no por recursos, que los hay y bien).
Lo cierto es que el Certamen necesita urgentemente un impulso. Un impulso en forma de cambio, empezando por la adecuación del recinto de las Eras. No es suficiente con pintar y adecentar, creo que ya va siendo hora de ir solucionando el acceso principal, muy dificultoso para minusválidos y no digo para las señoras con tacones, esas sillas que recuerdan al cine “Las Rocas”, duras a pesar de los remediados cojines de mínimo espesor y en general muchos detalles que contribuirían en conjunto a ser más atractivo el acudir a este excepcional evento.
Un impulso técnico, recordemos que estamos en la era láser y sería la ocasión idónea para combinar tecnología puntera con la Habanera clásica. La combinación sería magnífica, añadiendo otro atractivo a la fiesta.
Un impulso promocional y publicitario, con la implicación del comercio, la hostelería y la restauración. Somos seis coros dependientes del patronato municipal, del que percibimos subvenciones anuales, ¿porque no repartirnos y dar conciertos en diferentes puntos del pueblo? En playas, centro, barrios, paseos, que los vecinos y visitantes tengan opción de escuchar y vivir lo que es la Habanera para Torrevieja.
El pueblo de Torrevieja, en esta semana tiene que respirar Habaneras por los cuatro costados, que el visitante vaya donde vaya sepa que el Certamen es de interés y le apetezca acudir. Y por supuesto un cambio radical en la organización, de hecho este año parece que se ha empezado a preparar algunos cambios necesarios. Ese es el camino, esperemos y deseemos que el Patronato y el nuevo Concejal , acierten con las nuevas propuestas.
Viva la Habanera.
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