Etapa tormentosa y atormentada. Todavía me pregunto cómo han podido suceder tantos inconvenientes en un mismo día.
Álbum, pinchando sobre la foto
Crónica de Mercedes García
Al iniciar la etapa, el día se presentaba nuboso y sin previo aviso pasó a lluvioso. Una lluvia cansina y engañosa que incita a creer que ya acabó cuando vuelve a arreciar con más fuerza. Bien es cierto que es una compañera de camino con la que contábamos y que sabíamos que iba a hacer acto de presencia antes o después … y fue hoy. Además a primera hora también nos escoltó una niebla esponjosa y algodonosa que transformaba los peregrinos en siluetas fantasmales surgiendo de la nada por el arcén. Sin embargo , la belleza sobrecogedora del paisaje no se deja empañar por la lluvia si acaso le sirve de realce.
Así enmarcado el grupo inició el recorrido previsto para encontrarse de frente con el primer puerto, y luego fueron engranandose los puertos unos a otros y pronto el pelotón se disgregó en dos. Ritmos diferentes.
Subiendo el alto del Poio, caída de Tony. Tan dolorosa para el cuerpo como para el espíritu. Empecinado, vuelve a montar y continua la ruta hasta que otro nuevo capricho de los cielos vuelve a frenar el impulso. Una granizada tan intensa como corta deja a los friklistas sacudidos y más empapados de lo que ya iban.
Con ese panorama siguen adelante. A pesar de todo conservan la capacidad de admirar las verdes montañas suspendidas en el mar de nubes, los viñedos del Bierzo, los arriates rebosantes de hortensias de todos los colores, las vetustas aldeas escondidas en los pliegues de las laderas. Todo está tan verde y rebosante de vida!
Los pueblos se van sucediendo unos a otros, pueblos con el sello de su historia medieval como Samos y su monasterio, Triacastela, Portela, Fonfría, Piedrafita, El Cebreiro.
El Cebreiro es el castigo de los peregrinos, un puerto que surge con toda su dureza inalterable para reclamar toda la energía del que se enfrenta a él. Y a él se han enfrentado hoy nuestros friklistas, lo han superado y seguido para Villafranca del Bierzo, Canedo y por fin Ponferrada donde hicieron un alto en el camino.
Ponferrada y su castillo templario merecen la parada pero más aún sus gentes hospitalarias.
El grupo de cabeza entró acompañado a la ciudad por una grupeta local y sus componentes no solo se interesaron por el reto sino que invitaron a almorzar.
Al segundo grupo le dio la bienvenida el club de fans de la Ponferradina antes de ir a apoyar a su equipo en su partido contra el Zaragoza.
Sergio, amigo de Pablo, pidió a su cargo comida para todos en el bar la Faba y la gente del lugar compró pulseras en apoyo al reto.
Gracias a todos por la acogida y el respaldo a nuestro proyecto.
Pero estaba escrito que la etapa no podía finalizar tan fácilmente. Vuelven las complicaciones.
Tony, 80 km después de su caída, tiene que pasar por el hospital donde le dicen que se olvide de la bici por unos días. Se retira por hoy pero ya está dispuesto para pedalear mañana de nuevo.
La lluvia acompañada de rayos y truenos que desgarran el horizonte, ha vuelto a campar por sus dominios y mantiene a los ciclistas encorvados sobre sus máquinas, esforzándose por llegar, sin poder detenerse a admirar la preciosa ciudad de Astorga.
Por fin, ya de noche, después de haber iniciado la ruta a las 7 h de la mañana, después de la última avería de la bici de Isi y después de haber renunciado a la facilidad de montar en el coche escoba, llegan al albergue.
Todos duermen ya. Sólo quedo yo cerrando esta crónica que cuenta sus venturas y sus desventuras. Mañana más.
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