Objetivo Torrevieja

Álbum, pinchando sobre la foto

VÍDEO: “¡Sí quiero!”

Ayer domingo, dos personas muy queridas en Torrevieja como son José Martínez Aniorte, apodado cariñosamente el “Cagüe”, que nació el día 10 de julio del 39 en Torrevieja y Remedio Gil Andreu también nacida el 22 de octubre de 1948, en Dolores, celebraban 50 años de casados. La pareja contrajo matrimonio en la parroquia de San Antón en Elche el día 7 de mayo de 1967 y ayer quisieron celebrarlo por todo lo alto, porque aunque para algunos esto no parezca un acontecimiento social de relumbrón, para su familia, para los que le conocen e incluso para el pueblo de Torrevieja, en algo especial. Y es que no es común que muchos matrimonios celebren 50 años de casados, porque ¿quién llega hoy a 50 años de casados?, cuándo o por desgracia muere alguno de los dos miembros o por hartazgo le dan la “boleta” el uno al otro. Esta pareja han llegado, encima enamorados, hasta sus 50 años de unión y fruto de esa pasión, iba a decir exótica, pero no, nacieron son 5 hijos, también es verdad que no había mucha tele, ni entretenimientos, como ya ahora, ni internet y había que entretenerse como fuera; pero bueno eso es cuestión de hablarlo en otras esfera. Sus cinco churumbeles son: Inmaculada que se casó con Tomás y tiene dos hijos; José que se casó con Elena y siguiendo los pasos de su padre, tiene cuatro; María Remedios que se casó con José María y tiene dos; Sergio casado con Begoña, que también tiene otros 4 y aquí ya había tele y por último, Cristina, casada con Ramón y tiene dos. Ya antes de bajar a la Iglesia en la calle armaron la marimorena a base de tracas. En el templo de la Inmaculada Concepción, el párroco de la misma don Manuel Martínez Rocamora, les volvió a casar o mejor “recasar” en un pequeño e íntimo acto, en el que leyeron todos y cada uno de los nietos alguna de las lecturas bíblicas, en las que se hablaba del amor del matrimonio y el Evangelio, que el propio Párroco se encargó de leer y hablaba de las “Bodas de Canaán”. Una vez acabada la ceremonia y el de intercambio de anillos todos se dirigieron al Mesón El huertano, dónde todos perdieron el sentido, celebrando algo irrepetible hoy día y en el que no faltaron lanzamientos de pétalos y sobre todo la tarta y el brindis apoyados por la recepción y la buena acogida que siempre da a sus amigos Ramón del huertano.

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