Hemos escuchado en numerosas ocasiones que el amor mueve montañas, estoy convencida que también numerosas carteras y monederos. En estas fechas solo tenemos que fijarnos un poco para ver esos corazones que nos asaltan en cada esquina y escaparate, mezclándose con las rebajas que aún colean en algunos comercios.
En otro tiempo el protagonismos del amor no surgía de una fuente comercial, por el contrario estuvo en manos del mismísimo Eros (amor en griego), dios responsable de la creación del mundo. Entonces el amor se representa como una fuerza creadora. Más tarde si nos adentramos en la literatura clásica, Eros es suplantado por un niño juguetón y alado que en Roma recibió el nombre de Cupido (deseo en latín), fruto de los amores de Venus y Marte. Pero no por niño Cupido fue menos fuerte y temible. Su travesura preferida era (y es) atravesar con flechas contaminadas con el más dulce de los venenos los corazones de los humanos. Se le representa portando arco, un carcaj con flechas y, a veces, con los ojos tapados (por aquello de que el amor es ciego).
Pero llegando al 14 de febrero, la tradición más aceptada en estos momentos es la de San Valentín, sacerdote cristiano que se dedicó a casar a los soldados que no habían formalizado las relaciones con sus parejas. La costumbre arraigó desde antiguo en Francia e Inglaterra. Por lo que respecta a España, la celebración del día de los enamorados no tiene ninguna tradición. Pero bienvenido sea este día y bienvenido ese detalle para la persona amada, que, con permiso de los comercios, puede o no, ser material. Ya sea Eros, Cupido o San Valentín (cualquiera de los tres nos vale) las flechas intentan dar en la diana romántica, aunque se confía mucho más, en dar en el blanco de la caja registradora. De hecho todos los restaurantes y negocios de Torrevieja se esmeran y se encomiendan al patrón de los enamorados, para incentivar las ventas en plena crisis. Es sabido que son muchos los que ven en esta fecha el voraz consumismo irracional, tantos como aquellos que más tarde, les dicen a su pareja al llegar el 14 de febrero:
-¡Cariño te invito a cenar!
Celebrar San Valentín de forma tradicional con la pareja en un lugar especial, rodeados de música, velas, rosas… te lleva a estudiar cual puede ser el restaurante, cafetería, hotel o paisaje urbano con el suficiente glamur para dicha cita. Y sí, aquí surge, aunque sea por unos días, la campaña publicitaria promocionando la festividad mas conocida del mundo. Y ya que de amor se trata no estaría de más pedir ayuda en estos momentos a San Valentín, Cupido y Eros, para que pusieran de su parte, un pequeño esfuerzo con el que salvar la empinada cuesta… de febrero, marzo, abril, etc.
Llegado a este punto sólo me resta desearles para el próximo viernes, un buen Día de San Valentín a quienes tengan pareja y a los que no la tienen también. Nunca se sabe cuando puede llegar el amor.
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