Artículo publicado anteriormente el 5.3.2104
Ha llegado la Cuaresma. Me di cuenta perfectamente el sábado con el carnaval nocturno. Con el sonido de la música por todas las calles. Sonido cercano y vivo. Qué paradoja. Cuando no se esperaba la Cuaresma, la luz se fue apagando con ese color ceniza que parece anunciar lo que esta por venir.
La verdad es que ha llegado lo que tenía que llegar a Torrevieja, lo que ella esperaba, aunque, por rareza de los duendes, apenas se ha ido la luz del carnaval y llega radiante el dorado brillo de la tarde, con los pájaros piando y el olor a naranjos de la huerta que hace brotar sus primeras flores. Y un año más, Torrevieja me brinda la oportunidad de ver llegar la Cuaresma.
Después del desfile, y ante la neblina mañanera de éste miércoles que parece que se impone con luz ceniza de brasero sobre la ciudad, llega casi sin hacer ruido el Miércoles de Ceniza. Fue el poeta el que ignoraba como había llegado la primavera.Pero yo sí sé cómo ha llegado este tiempo que es como el anuncio de ceniza que avisa por dónde pasara el cortejo de luz de la primavera. Y sé como recorrerá las calles. Yo sé cómo ha llegado la Cuaresma. Cómo llega todos los años a Torrevieja. Estos son los prodigios de la ciudad, que a poco que uno se fije, te sorprende a cada paso. Y es que ya se sabe, como al ser amado, nunca se acaba de conocer, por mucho que te bebas por ella los vientos que señala la veleta de la torre de la iglesia. Y con esta radiante luz, se escucha el anuncio de llegada de la Cuaresma. Las campanas de la iglesia anuncian las siete de la tarde, siete y cuarto, siete y media, y siguen con la llamada a misa.
La ciudad sosegada y en calma como corresponde a lo señalado del día. Casi en silencio. ¿Por qué ese silencio antiguo por la calle Pedro Lorca, por Ramón Gallud, por el paseo Vista Alegre? Para que se oiga la llegada de la Cuaresma en los rituales toques de la campana. Que no sé si convoca a procesión de imágenes o a Torrevieja con Torrevieja misma; a nosotros con nuestros recuerdos; a nuestras nostalgias con nuestro pasado; a nuestros sueños con la esperanza de que nuestros hijos y nietos, sigan pidiendo la cera de luz de nazareno, de capirote, que anuncia la Semana Santa. Son minutos mágicos.
Sentía el latir del tiempo sobre esa luz nueva. Evocando los clarinetes y oboes en el altar mayor. Cornetas y tambores en la calle. En esa misma calle de mi infancia, hasta adivino la procesión a manera de manifestación de religiosidad popular a través de las cofradías. Estaba asentada en la certeza de esa luz cuando las campanas de la Inmaculada vuelven a repicar, ahora solemne y coral, con todo su campanario al viento, señalando que el almanaque del gozo estaba bendiciendo a Torrevieja con Su Divina Majestad en el Domingo de Resurrección.
Sí, yo he visto llegar la Cuaresma, porque he palpado lo cerca que está ya la luz del gozo de la Madre en su encuentro con el Hijo Resucitado.
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Filed under: Actualidad | Tagged: ceniza, cuarema, miércoles, se inicia, torrevieja |
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