Ya se huele a Carnaval, / se viste de color febrero / como cuna de Libertad. / Aquí baila / el mundo entero, / y Torrevieja, soñando está.
El Carnaval hay que verlo en compañía… en compañía del ingenio. Cada año, al llegar esta fecha, vemos como una mujer y una niña se trasforman en diosas o reinas del Carnaval levantándose como estatuas a la Libertad. Y es que, la Libertad tiene en Torrevieja su cuna que se mece, al compás de una habanera carnavalera, con el susurro de las olas del mar, que cantan la nana del tres por cuatro. Y si es por venir o llegar, véngase usted al Carnaval del Teatro Municipal, allí contemplará las estrellas que se pierden en la mar, y comprenderá que Torrevieja es esa Ciudad-Estado que se hubiera escapado de la Grecia clásica con su parlamento a manera de pregón, y es un trozo de Venecia, del Malecón cubano disfrazado de habanera salada en sus calles. Mujer joven de 60 años que canta por habaneras. Torrevieja sabe que el ancho mundo coge en las calles de esta ciudad, mientras la murga hace copla de carnaval. Voz del pueblo, es la voz del cielo donde se recorta la torre del Moro disfrazada de morita, tan bonita.
Y es que Torrevieja no tiene campo, ni marqueses, ni carruajes; ni falta que le hace. Es otra ciudad distinta al tópico, tierra valenciana de mar y comercio, de ideas y gracia. Tierra de Habanera salada.
Ustedes pueden asistir al nacimiento de un nuevo himno a la alegría cada febrero frente a las comparsas y en cada disfraz, en cada serpentina. Esa gloria se llama Torrevieja y se llama Carnaval. Que el Carnaval es uno en esencia, que tiene mil caras. Vente al Carnaval de los ensayos. Vente a los desfiles. Sube al paraíso del teatro, y luego, a la calle, que ya es hora de pasearnos a cuerpo de rey, que habrá allí diez mil almas y veinte mil pares de ojos. Vente a la noche de Carnaval del sábado, pero no se te ocurra alquilarte un disfraz por lo finolis, debes ir de mamarracho, en plan vámonos que nos vamos. Con dos coladores a modo de gafa, tiñendo de negro los pelos de una fregona y con unos leotardos negros vas divinamente de mosca cojonera.
Disfruta de la calle. Mira a las comparsas, lirismo puro. Lo han estado dando todo por Torrevieja y cuando estallen los siete mil millones de Carnavales distintos que encierra el único Carnaval verdadero (me río de Janeiro) entonces la soberanía popular de la calle proclamará que el humor es lo más serio del mundo.
Ya huele a Carnaval
se viste de color febrero,
si se me vio el plumero
es que Torrevieja invita a soñar
y yo, por Torrevieja muero
junto a la brisa del mar.
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Filed under: Actualidad, Cultura |
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