Si el periodismo es un género literario, un arte más que un oficio. Se podría decir que el periodismo literario eterniza la noticia.
Hoy, cuando estamos próximos al día 24 de enero, día de San Francisco de Sales, patrón de los periodistas, y mientras el sector no está para muchas celebraciones al no pasar por su mejor momento, vemos como los medios impresos pierden fuerza ante Internet. Por lo tanto se hace necesario la destreza de los mejores narradores para atrapar al lector. La competencia está en las redes sociales, donde el fenómeno al que tiene que enfrentarse la prensa, son las historias de los ciudadanos que invaden ese nuevo mundo. Así los protagonistas dejan de ser entidades, para ser personas.
La emergencia del periodismo literario es hoy más necesaria que nunca. Incluso el mismo García Márquez dice del periodismo que puede utilizar ciertos recursos que legitiman la verosimilitud de la historia que se narra: A un escritor le está permitido todo, siempre que sea capaz de hacerlo creíble. Eso, en general, se logra con el auxilio de ciertas técnicas periodísticas, y el apoyo en elementos de la realidad inmediata.
Tal como esta el patio, no puedo dejar de pensar, no obstante, que cuanto leemos de una forma u otra se mueve en un clima sensible a politizar las palabras, los comentarios que estas producen y sus ecos, y los ecos de estos ecos. Como si una espesa condensación nos envolviera. Pero eso es sólo una parte. La autentica fascinación para un periodistas literario está en la vocación original que tenemos muchos: la de ser escritores. Contar historias y aplicarlas a manera de narración de la realidad. Por ello las crónicas, entrevistas y reportajes aprovechan las herramientas de la prosa de ficción para cautivar al lector. Agobiados por la miles de noticias que se generan cada día, el periodismo literario se mueve en el entorno de las ideas que dan forma a las historias dentro de la economía, lo social, la religión incluso al arte… y todo ello es necesario para la creación del futuro. Una vez más García Márquez, nos indica ante la unión entre periodismo y literatura en “Crónica de una muerte anunciada” que al cabo de treinta años descubrió algo que muchas veces se les olvida a los novelistas, y no es otra cosa que la mejor fórmula literaria es siempre la verdad. Así la simbiosis periodismo-literatura está y seguirá estando en la tradición literaria castellana, desde Larra a Javier Martínez Reverte, A. Pérez o menos reciente Luis Otero; las variantes son notables y esperemos que siga siendo así. Al fin y al cabo la literatura como el periodismo se alimentan de la comunicación, ya que toda creación (periodística o literaria) puede ser considerada como una palabra que el lector puede llenar de sentido, según su conocimiento y su experiencia personal.
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Filed under: Actualidad, Cultura |
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