A medio día, con un calor asfixiante camino rápida para coger un pelín de sombra mientras me pregunto: ¿como es que hace tanto calor en este recién comenzado mes de julio?
Como si fuese la voz de mi subconsciente, siento como los amigos del “Proyecto Mastral” me susurran al oido: La ola de calor, probablemente durará hasta mediados de la semana. La entrada de una masa de aire africano hará que las temperaturas sean muy altas, superando los 40 grados en algunas zonas del país.
Esto no me tranquiliza, y menos cuando veo frente a mí un termómetro callejero que agrava la sensación de calor. Las aclaraciones lo mismo que los “numéricos” me recuerdan el “momento horno” que estamos pasando. La sensación térmica de ¡vaya calor! me lleva a decir si tuviera el gracejo andaluz ¡Ojú, qué calor! y pienso:
-¿Cómo no han sacado una ley que ponga en su lugar descanso los termómetros callejeros? ¡Vamos que dejen de marcar! Con el mal aire caliente que respiramos a cualquiera le podría dar un patatús, sofoco o un golpe de calor, mirando en el termómetro los grados que marca.
Si yo mandara algo ordenaría que en Torrevieja, cuando llegan los calores, se pusiera en las calles esa fina lluvia en conserva capaz de refrescar. Esa agüita que te alivia el calor mientras paseas o tomas una cervecita bien helada en una terraza. Pero hija… en cuanto viene las altas temperaturas, Torrevieja paga su cuota de tópico y los turistas se van a refrescarse los pinreles y los sobacos en las fuentes “muertesicos” de calor.
Y ya que por expreso deseo de la climatología, en este recién estrenado verano, las altas temperaturas son portada en los informativos, voy a detenerme un momento para mandar un saludo a los que soportan a pie de calle lo elevado de los grados en el termómetro, me refiero a quienes desempeñan su trabajo en la obra, en las carreteras, en la playa o el campo. A los que estáis trabajando en este verano: personal de la limpieza, policías, taxistas, camareros y un largo etc. enfundados en un mono o con un uniforme, aguantando las tórridas horas del medio día y la tarde, y que sabéis muy bien que es desafiar el calor a pie de calle, hoy quiero dedicaros estas líneas a la sombra de las altas temperaturas.
Pero Torrevieja es una ciudad turística, y su industria tiene que ver con el tiempo, es decir, con el buen tiempo que incrementa el número de personas que acuden a nuestras playas para darse un chapuzón contrarrestando las temperaturas asfixiantes. De hecho nuestros visitantes dirán que este es un maravilloso verano, donde el horario del baño se alarga hasta la noche, descubriendo lo fantástico que resulta darse un chapuzón a la luz de la luna. Por lo tanto a quienes estáis trabajando ¡ánimo! y felicidades para los que lo están de vacaciones.
Yo… me conformare con un buen ventilador.
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