Objetivo Torrevieja

Llega Septiembre, y todo comienza de nuevo excepto el año. Nuevos proyectos, nuevas objetivos, energías renovadas. Comienza todo, incluido el nuevo curso político

Encarna Hernández Torregrosa

Septiembre también llega con reencuentros… quiero decir que me reencuentro con vosotros los que os fuisteis de vacaciones. Por mi parte sigo aquí una temporada más, y me alegra saber que seguís cada cual desde vuestro espacio dando señales de vida a la vida misma. Para los que no nos fuimos en este verano agotador, casi necesitaríamos unos diítas de descanso y playa, mucho de caminar, algunas sardinicas asadas al medio día y una cervecita, siesta de sacristán y por la noche, dormir sin despertador, o sea el lujo de levantarte cuando te despiertes…. en fin, lo que se dice descansar.
Pero sigo aquí en el tajo. Y como estoy enganchada a este “rinconsico” de Objetivo Torrevieja, me tenéis en el comienzo de curso fiel a mi cita semanal.
-Estoy convencida que igual que celebramos el Día de la Madre, y el Día de la Mujer Trabajadora, o el Día del Amigo… hoy podríamos celebrar el Día del ¡Jesús!, y comenzaría: “Jesús, otra vez al trabajo”
Pero si lo piensas bien, daríamos comienzo el día de ¡Jesús! en Torrevieja, con algo tan comentado como por ejemplo: ¡Jesús! Los autobuses del colegio; ¡Jesús!, las discotecas abiertas o cerradas; ¡Jesús!, el crucero; ¡Jesús!, con lo de la vuelta ciclista; ¡Jesús!, con el dichoso banco de la plaza Waldo Calero…
Y es que después que el almanaque nos dice que el agosto que ya se ha ido ha sido como espada de fuego (lo del fuego es por el calor) nos arroja del paraíso del no doblarla, y en el Día del ¡Jesús! imaginamos lo bien que están los que no la doblan en todo el año, esos para los que siempre es agosto. Lo peor es la pesadez de tener que volver al despertador…
Dejando atrás un agosto rebosante de noticias y por lo tanto atípico, hay que tener valor y comenzar con otro curso “El político” (si en algún instante se detuvo del todo). En éste patio de colegio también se acaban las vacaciones. Se cambia el bañador, por el traje de chaqueta y la montaña de papeles. La tumbona, por el pupitre (en este caso la sala de prensa, en realidad tan necesaria la una como la otra). Que ya se sabe, tras un verano de distensión y ocio se hace difícil volver no solo al férreo horario, también a las exigencias y obligaciones del duro trabajo. Y así año tras año, se repite la misma rutina. Es sabido que la naturaleza humana, tiene una extraordinaria capacidad de adaptación, llegando a remontar la cuesta como el ciclista de montaña, aunque esto suponga un considerable esfuerzo de reajuste. Sea como sea, todos esperan ansiosos ese primer día, ya que sin duda, este año será “un año crucial”

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