Objetivo Torrevieja

Encarna Hernández Torregrosa

No es Semana Santa. Los nazarenos no forman filas arropando al trono, ni dejan olor a cera a su paso. No, no es Semana Santa pero ELLA recorrerá nuestras calles el próximo 14 de diciembre. En ese día, por fin, la Esperanza volverá, después de más de dos décadas, a lo que fue su primera casa. La iglesia del Sagrado Corazón de Jesús acoge de forma permanente a la Esperanza y el Nazareno, siendo trasladados desde el Museo de la Semana Santa.
No es Semana Santa pero ELLA se acerca a nosotros como sueño que llega a hacerse realidad. Al decir su nombre el corazón da un vuelco. No cabe duda; ELLA es capaz de despertar, levantar y sacar a la luz lo más íntimo del alma. ELLA es quien nos acerca cada Miércoles Santo, a su hijo en la Caída, derramando su gracia, sin dejar de ser luz en la noche oscura, fuente de dulzura, Esperanza y Paz. La Esperanza en Torrevieja vuelve a la que fue su casa, la parroquia del Sagrado Corazón. Así lo ha querido la Junta Mayor y la cofradía que preside Ana Isabel Ferrándiz, y así lo ha permitido el párroco del Sagrado Corazón, Don Ginés Ortiz.
Y con las últimas imágenes de la Inmaculada aun en la retina, ELLA se acerca con rostro sencillo de esperanza.
Allí su cara adornada por las lagrimas. Con el abatimiento del atardecer y metida en la tenue sensación de la poesía, encuentro los versos de Juan Ramón: “No la toques ya más, que así es la rosa”. La rosa no, el azahar digo. No la toques ya más, que así es este jazmín de Judea, clavel de la ciudad salinera. Con la luz tenue de la noche llega a su casa y va al encuentro de sus hijos, mientras la cofradía en pleno la mira cara a cara y gasta sus lágrimas de tanto rezarle, y por pedir consuelo.
No me canso de mirar el rostro inmaculado, hoy más Esperanza que nunca y salinera, y veo como se transforma en toda “Esperanza”. Aunque me pregunto ¿cómo se puede hacer llorar a esa cara de cera? Y comprendo que… “De mirar tanto y tanto, de pedir por todos los que están a su lado y los que se marcharon…” mientras se escucha el grito de ¡Guapa!
Pero ¿sabe alguien como está más guapa? de Esperanza Macarena con el manto verde o el de hebrea. Manto que en terciopelo que va coronado de estrellas. No sé como está más guapa, si con saya o con fajín de general, o con el vestido blanco rodeada de sus hijos costaleros. Con medallas y rosarios, con cirios que su rostro alumbran o con incensarios que anuncia su llegada. Hasta el alfiler que en su pecho se prende, se está preguntando: ¿como está mas guapa ELLA, caminando junto a sus hijos o mirando al que angustiado le reza?
No se como está más guapa la Esperanza Salinera, si éste sábado llegando a su casa o en la tarde de domingo de Ramos; si en el encuentro con su Hijo arropada por su gente o cuando en misa está el templo a rebosar de fieles. En este nuevo día más que nunca nos preguntamos ¿con que está más guapa ELLA? y nadie sabe decirlo ni aproximarse siquiera al concepto, a la medida o al teorema, pues todo lo que se pone lleva su hermosura impresa. Ahora teniéndola tan cerca es locura a su lado sin fronteras, pues es sabido que a la Esperanza, no hay nadie que no la quiera. Pasarán los años y ELLA, aun con sus lágrimas en el rostro, sonreirá al ver que nos seguimos preguntando: ¡No se como esta mas guapa la ESPERANZA SALINERA!

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