Objetivo Torrevieja

Encarna H. Torregrosa

Si consideramos que las cabañuelas forman parte del saber popular que pronostica el “clima” a largo plazo, estaría bien que ese tipo de pronóstico pudiera ayudarnos a conocer el clima político en los meses venideros.
Muchos recordaran a sus padres o abuelos observando los signos que avisaban de cómo sería el clima el resto del año: aparición de hormigas con alas, calambres en los animales o si se lava la cara el gato. Incluso si durante el día se tenía en cuenta si se formaba levante o si el sol al ocultarse teñía el cielo de rojo, aviso seguro de cambio de tiempo. No es que dese ser ave de mal agüero. Pero la costumbre de las famosas cabañuelas decía (antes del cambio climático) que los primeros 12 días determinaban cómo estaría el clima el resto del año.
Y si esto lo aplicamos al termómetro del clima político las cosas no pintan nada bien. A día de hoy, me quedaría fascinada si viera a los políticos observando el cielo o a los animales, mientras crean debates en torno a la importancia de esas nubes mañaneras, efectuando estudios por expertos científicos en “Análisis y principios fundamentales sobre las Cabañuelas en la política”. Para variar seria pintoresco imaginar a los Padres de la Nación y portavoces de los partidos, debatiendo en los plenos del Ayuntamiento, acerca de esas nubes y la aparición de las hormigas con alas en el asfalto, en lugar de pasar horas preparando las ruedas de presa sobre la Comisaría de Policía o la fachada marítima. En cuanto al gato, como diría Roberto Carlos: “está triste y azul”.
Todos sabemos que las cabañuelas pertenecen a nuestro reciente aunque a veces olvidado pasado. Un pasado en el que no se vivía del turismo. Un pasado donde se dependía de la pesca y la sal. Conocer cual iba a ser la climatología de un mes, era una ventaja a la hora de prever sequías y temporales. Lo lamentable es que en Torrevieja ya son pocos los abuelos que conocen esos secretos.
El mes de agosto en Torrevieja es para el bronceado, es para niños rebozados en arena y jóvenes retirándose al amanecer tras una noche con doña “litrona”. Es momento de descubrir en los puestos del paseo el más actual bikini o triquini con aplicaciones de lentejuelas. Es de cenas de hamburguesa acompañadas de ketchup (no las del Asereje, sino la típica salsa). Es un agosto de chancla y pantalón corto, donde se habla de las doce medallas que ha logrado España en el Mundial de Barcelona conseguidas por mujeres. En cuanto a lluvia, prefiero la lluvia de estrellas que se espera para el 12 y 13 de agosto. Y si de pronósticos y altas temperaturas se trata, espero que no se logren record guinness. Aunque ¡claro! teniendo en cuenta el calentamiento global que nos lleva a punto de ebullición, en este agosto lo difícil será que se haga realidad lo que decían los viejos: En agosto, frío en el rostro

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