¡Apoyemos lo nuestro! ¡Vivan los Reyes Magos!
Hoy cuando apenas hace unas horas que casi nos atragantamos con las doce uvas o con este año terminado en trece que ya nos ha dejado, y mientras comenzamos con un catorce que promete otros aires, quiero dedicar este espacio a hablar de algo muy nuestro.
Me refiero a esos tres venerables ancianos que con su PYME de regalos, atienden el mercado español sin intención de expandirse. Los tres ancianos, años tras año sufren una competencia desleal venida del norte, que amenaza con destruirlos. Pero ellos con su solidaridad apuestan por la multirracialidad. Y aunque algunos los ven como algo antiquísimos, son queridísimos por grandes y pequeños. Habrán adivinado que me refiero a Reyes Magos.
Santa figura que invita al consumo se ha infiltrado en países donde no era tradicional este personaje, como por ejemplo en España, donde se favorecía lo nuestro, los Reyes Magos. Así que pensemos por un momento: de no existir los Reyes Magos, las vacaciones acabarían el 2 de Enero. Sin ellos no se habría inventado el Roscón de Reyes. Generan un montón de puestos de trabajo entre carteros reales, confiteros, pajecillos y multitud de gente que va en la cabalgata ¿Y que me dicen de sus vestidos? Poseen la fusión de la elegancia y el boato propio de su rango. Están en la listas de los más famosos en el Belén (si ese ranking existiera) y el villancico “ya vienen los Reyes Magos, cargaditos de juguetes…” está dentro de las diez más populares.
Por otro lado Santa tiene su casa en el Polo norte y el frío agria el carácter, en cambio los Magos son de Oriente, cuna de civilizaciones. Ellos tuvieron un papel destacado en la Navidad. En cambio Santa se aprovechó del negocio, y no participó en nada de los acontecimientos de la Navidad. Santa no hace más que agitar una campanita y decir “¡jou, jou, jooouu!” ¡Menuda llamada! Se le conoce por: Santa Claus, Papá Noel, San Nicolás, Baboo Natale, Knecht Ruprecht, Père Noël, Father Cristmas, Niklas, Sinterklass o Señor Invierno en centro Europa.
Los Magos en cambio son tres: Melchor (Magalath), anciano de blancos cabellos y larga barba, procedente de Europa, entregó la mirra, símbolo del hombre. Gaspar (Galgalath), joven y rubio procede de Asia, entregó el incienso, símbolo de Dios. Baltasar (Serakin), de raza negra, procedente de África, entregó el oro, símbolo del Rey.
Como magos ellos lo saben todo y no puedes engañarlos. Además en dos milenios aun siguen utilizando vehículos de tracción animal, contribuyendo a fertilizar el suelo por donde pasan (nada de trineos voladores que no existen). Los tres ancianos planifican minuciosamente su trabajo y se retiran cuando acaba la función. Por cierto son de los poquísimos que mantienen en pie la minería del carbón en Asturias. Nada de cambios a nuevas energías.
Santa acude a casa casi por el método del allanamiento o escalo. En cuanto a SS.MM. ven con satisfacción como al menos una vez al año limpiemos el calzado cuando llega la noche de los Reyes. Por contra, Santa solo exige un calcetín, prenda que puede ser poseedora de un glorioso tomate. En 1931 la marca Coca Cola le dio a Santa su actual aspecto. Desde entonces, generaciones de tiernos infantes han sido machacados por la publicidad donde un icono publicitario representa todo lo bueno del ser humano.
¡Que afloren las tradiciones con arraigo milenario…! ¡Apoyemos lo nuestro! ¡Vivan los Reyes Magos!
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Filed under: Cultura |
Totalmente de acuerdo contigo, SS.MM. los Reyes es lo nuestro. Felicidades por recordarnos lo que siempre hemos llevado y llevamos muy dentro de nuestros corazones.