Estamos en el comienzo del año y comenzamos con nuevos propósitos, incluso, reflexionamos sobre lo que nos ha llevado a realizar días atrás los numerosos gastos en ocasiones superfluos.
Cuando despertamos de la euforia que nos envolvió las fiestas navideñas, nos cuesta remontar el comienzo del año ya que nos hemos “pulido” hasta el último euro y alguno que otro más, pagas extra incluidas. Y es entonces cuando sopesamos cada euro antes de gastarlo, medimos, valoramos, estudiamos, todo con tal de optimizar nuestros ya mermados recursos económicos.
Pero ¿no podríamos haber hecho esto un poquito antes y no quemar todas las naves antes de Reyes? No. Somos animales de costumbres y todos los años caemos en el mismo error, esperando que llegue el final de mes para poder recibir, quien pueda, su salario y recuperar un poco el equilibrio presupuestario.
Esta es una fecha marcada en rojo en el calendario. Los comercios levantan sus escaparates con el cartel de Rebajas y miles de españoles acuden a las tiendas desde primera hora del sábado 7 de enero, para hallar el producto deseado, a un precio mucho más asequible.
En estas fechas, no solo el consumidor se beneficia. También la economía de un país en plena travesía de recuperación. Se firmarán contratos para el pequeño comercio, las grandes superficies y el transporte. De esta forma se espera reactivar el consumo tras un 2016 atípico.
¡Ah! Y a todo esto gracias a “las Rebajas”…
Sin embargo la cuesta de enero recuerda los excesos cometidos. Para afrontarlos, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recuerda que lo primero es revisar el presupuesto. Conviene hacer un listado con todos los gastos y dividirlos entre fijos, inevitables y superfluos. En cuanto a estos últimos haremos una revisión y eliminaremos lo máximo posible. Otro de los riesgos en estas fechas es el sobreendeudamiento es el uso de tarjetas de crédito: Disponer de mucho dinero de plástico, además de ser caro por las comisiones, implica un mayor riesgo porque permite acceder a créditos más amplios. Por lo tanto hay que aprender a decir ‘no’ a las compras compulsivas. Enero también es el mes en el que se vuelve a llenar la despensa, pero con productos de consumo cotidiano, no tan delicatesen como en diciembre. Es necesario tener en cuenta y pensar en la comida que se va a preparar durante toda la semana, no ir al supermercado con el estómago vacío y observar el precio por litro o kilo de los alimentos esto ahorrará disgustos en la factura. Por otro lado las previsiones hablan de que en este 2017 se prevén las ventas en alza. Pero tengamos presente que los descuentos, tanto en tiendas como online, tienen que estar debidamente identificados y la calidad de los productos ha de ser la misma que fuera de rebajas.
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