Octubre tiene “r” y según el dicho popular, es un buen mes para el marisco, aunque, esto no me afecta mucho. Me encanta el marisco pero no recuerdo la última vez que disfrute de una mariscada. Pero no me gusta octubre por eso
Octubre es el mes de estar acomodándose a la nueva rutina. Tras el estrés de septiembre octubre es cómodo. Me siento como si mirara a mi alrededor y todo estuviera ordenado, limpio, recogido y ya pudiera decir “ahora a mantenerlo y descansar”. Pero tampoco me gusta octubre por eso.
En octubre empieza el otoño. Puede que se retrase un tiempo secuestrado por el calor del verano que se resiste a marcharse, pero al final acaba llegando y además se huele. Ya sé que también es otoño en noviembre pero no es lo mismo, en octubre lo estreno. Me encanta la sensación de tener toda la estación por delante… aunque luego se pase volando. Pero no es por eso por lo que me gusta.
En octubre puedo llevar calcetines sin que se me cuezan los pies y puedo andar descalza por casa sin que se me congelen. Es una razón buenísima para que me guste octubre…pero no, no la principal.
Octubre es un buen mes para ver el paisaje donde a la mar, la cubre una suave neblina; donde el mediodía pasa rápidamente. Es mes de buscar cosas en el sótano, armario, altillo o despensa alejada del sol. Aunque no es por eso por lo que me gusta.
En octubre puedo ir a la playa con vaqueros, camiseta, calcetines y pasear mojándome los pies pensando “No está tan fría. Molaría bañarse”. Aunque no me bañe en octubre…la playa en octubre es lo mejor.
En octubre puedo dedicar mi tiempo a lo artístico y cultural. ¿No te ha pasado que después de ver una exposición de fotografía sales a la calle y lo contemplas todo con los ojos del artista? Eso me sucedió al ver “Torrevieja. La sal de un paisaje” exposición del Proyecto Mastral. Las imágenes, me ofrecieron la sensación de que octubre, son amaneceres apacibles, donde se demora la oscuridad y el crepúsculo no se mueve. “si fuera uno de esos locos de las fotos llenaría Instagram de esas imágenes”. Pero tampoco me gusta octubre solo por eso. Y además, no soy tan buena fotógrafa.
Octubre es un buen mes para estar triste y un buen mes para estar contenta. Es un mes para hacerme estar eufórica si estoy feliz y chapotear en una pena si estoy triste.
Me gusta octubre porque se ven los árboles. Soy increíblemente consciente en octubre de los árboles de los paseos. Los veo y los oigo.
Me gusta octubre por todo lo anterior. Y me gusta porque es silencioso.
Me gusta octubre por lo mismo que me gustan todas las esas cosas que me hacen sentir bien… y me hacen ser mas yo.
Descubre más desde Objetivo Torrevieja
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
Filed under: Actualidad, Cultura |
Deja un comentario