Objetivo Torrevieja

El derecho a expresarse libremente figura entre los fundamentos de la Constitución vigente y lo españoles lo hemos tenido desde la primera Constitución de Cádiz.

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Encarna Hernández Torregrosa

Algunos, utilizan éste derecho para esparcir su mala “baba” por aquellos rincones que consideran dignos de semejante acción. Eso no quita para que uno llegue a hartarse de ver como personas que han de demostrar sentido común ante una profesión tan digna como la del periodismo, se dediquen a vilipendiar a cualquier ciudad y en consecuencia a los ciudadanos que viven en ella y la aman, a los que la visitan, los que la tienen como lugar de trabajo o como zona donde recrearse durante unos días o unas horas; es decir a todos y cada uno de los que caminamos por Torrevieja. Esto es algo que venimos sufriendo en mi ciudad desde bastante tiempo. En esos casos, las palabras son usadas como proyectiles contra todo y todos siendo “blanco” de sus insultos.
Me pregunto: ¿Por qué lo hacen? ¿Para ventilar los chusmeríos cotidianos que le soplan en el oído? ¡No!… ¿Para lograr espacios de poder con fines profesionales? ¡No!… ¿Para meterse en la vida privada de los que aquí vivimos sin medir las consecuencias? ¡No!… ¿Para utilizar atajos procurando logros que se le niegan por méritos propios? ¡No!… ¿Para engañar al ciudadano con enredos y convertir su mensaje en una cloaca? ¡No! y ¡No!… En realidad se hace por todo esto.
No es descabellado pensar, que es posible, que ello suja en la mentalidad oportunista de quien pulula en esta profesión compleja y plagada de dificultades, respondiendo a sí mismos o a terceros ocultos en las sombras, no teniendo escrúpulo para servirles como eficaces ejecutores. Lo cierto es que el periodista auténtico sabe que no posee licencia para destruir el honor ajeno y que detrás de cada noticia existe un protagonista que piensa y sufre ante la concepción moral que únicamente le pertenece a esa persona y en esta ocasión a una ciudad viéndose maltrecha. El verdadero periodista, antes de lanzar una primicia -siempre efímera- reflexiona para determinar si es válida, porque tal vez sólo benefíe a unos pocos perjudicando a la gran mayoría. Algo que ha sucedido en Torrevieja y viene sucediendo en los últimos tiempos. Por fortuna están aquéllos hombres y mujeres que aquí en “Mi Torrevieja” asumen el milagro constante de la comunicación, con entrega, responsabilidad y temple.
Lo mejor de la libertad de prensa es usarla con responsabilidad y en plenitud. Cuando “ella” falta o se usa de forma mal intencionada, está en riesgo todas las libertades. Tengamos en cuenta que dentro de la democracia, la libertad de prensa es un pastel que jamás nos va a indigestar. Solo espero que sepamos servir a la opinión pública, actuando con equidad y generosidad, ya que para mentir no hace falta ser valiente, en cambio para decir la verdad ¡sí!

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