Surgió el milagro. Tras las elecciones del domingo el congreso ha pasado de estar desangelado a endiabladamente activo por ver quien ocupa ese “Portal Navideño”.
Encarna Hernández Torregrosa
No es que estemos a la espera de que nazca el Niño, tampoco María cabalga sobre el burrito buscando posada junto a José (que está por ver si la encontrarían). Nada de pastores calentándose a la luz de la hoguera, ni Magos que sigan la estrella que los lleve a adorar al Niño nacido en Belén…
Lo que es un milagro es que nuestros políticos han dejado de vivir como Dios. Tras la lección ofrecida por los votantes en las urnas, han bajado del séptimo cielo y ya no matan moscas con el rabo. Por un lado el Partido Popular quiere dialogo, aunque me da que para eso tendrán que poner una vela San Judas Tadeo. Sus representantes han perdido el ángel y han quedado hechos un Cristo. Muchos son los que saldrán en procesión de esa “gran casa” que es el Congreso y a menos que se les aparezca la Virgen, se quedan sin Esperanza de regresar. Veremos qué pasa. Bueno, Dios aprieta pero no ahoga.
A los socialistas que les gusta tener amigos hasta en el infierno, se dieron a las decisiones salomónicas y quizás por eso, sus propuestas han llegado tarde y mal. De hecho sus votantes opinan que no se puede estar en misa y repicando. O dicho de otra forma, que no se puede estar a Dios rogando, y con el mazo dando.
En cuanto a Podemos, están como unas pascuas. En un santiamén han pasado de ser una campana sonando a lo lejos, a ser el becerro de oro adorado por el pueblo. Lo cierto es que, aunque a veces nos confundan con su mirada angelical, de entrar en la Moncloa se armaría la de Dios es Cristo. En cuanto a Ciudadanos no se rasgan las vestiduras ante las cifras conseguidas. Pero les toca tener más paciencia que el Santo Job. Tal vez hayan topado con la Iglesia y ahora les toca una larga travesía por el desierto, como si fueran hijos de un Dios menor. Y los independentistas, les queda esperar que lo que Dios les de…, Pedro y Pablo se lo bendigan.
El domingo hablaron los votantes de las distintas formaciones, poniendo de manifiesto que los líderes solo se acuerdan de Santa Barbará cuando truena. Y en menos que canta un gallo, serán capaces de firmar pactos hasta con el diablo. En fin Dios la cría y ellos se juntan. Así que si no nos ha tocado el gordo (el de la lotería) para alegrarnos, mejor quedarnos con la celebración de la Navidad que está cerca, ya que en el Congreso, se armó el Belén. Mientras algunos ponen el grito en el cielo, solo nos queda esperar que Dios nos coja confesados.
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