Objetivo Torrevieja

Hoy 14 de noviembre tiene lugar el Día Mundial de la Diabetes. No se es distinto por tener diabetes ni se necesita del azúcar para vivir una vida dulce.

Encarna Hernández Torregrosa

Publicado el 16.Nov.2016

Un  24 de julio mi vida dio un giro de 360º. Y no… no me tocó la lotería ni me fui de crucero… aquel  24 de julio me diagnosticaron una enfermedad que no pensé que padecería. Una condición crónica que no se centra en evitar los dulces ni hacer un poquito de dieta…
En una exploración en urgencias el médico vio que el Páncreas no funcionaba correctamente. Tengo que subrayar que en verano el agotamiento era total, con dolores de cabeza y una sudoración exagerada. Llegue a urgencias con 600 de azúcar en sangre. Una semana más tarde la doctora me miró a los ojos preocupada y me dijo: “…es necesario que te pinches insulina”. Yo siempre había escuchado que la Diabetes es una enfermedad crónica, tipo colesterol o la hipertensión. Incluso sabía que hay dos tipos de Diabetes. La tipo 1 que aparece en niños y jóvenes, donde el páncreas se inventa un grito de guerra y empieza a atacar a las células beta productoras de insulina.No metaboliza los hidratos, el exceso de azúcar se acumula en sangre y bueno, aparecen los típicos síntomas: Sed, ganas de ir al baño y pérdida repentina de peso. Y la Diabetes tipo 2, el páncreas no se enfada, se vuelve vago y la insulina que produce es de mala calidad. Suele aparecer en gente mayor y, en muchos casos, va asociada a problemas de obesidad. Los diabéticos tipo 2 se pueden tratar con pastillas, dieta y ejercicio; aunque no todos.
Tras una retahíla de médicos, me dijeron que lo estaba llevando “muy bien”. Sin embargo, cuando te dicen que tienes que pincharte 2 o 3 veces al día y mirarte el azúcar otras tantas… pues te asustas un poquito. ¡Imagínate! me llegó todo tipo de información, conocidos que me decían que eran diabéticos, recetas bajas en hidratos. Sin embargo, mi cerebro procesaba eso de manera diferente y cuando llegó el turno de preguntas solté lo que más angustiaba: “¿Tengo que llevar conmigo el glucómetro (medidor de glucosa en sangre) y la insulina a todas partes…? ¿Qué pasará cuando tenga un viaje o una cena?
Bueno, mi día a día no es una complicada subida al Everest, ni la ruta hacia el infierno. Creo que no existe una Diabetes “mala” o “buena”, solo se controla de manera diferente. Me estoy acostumbrando a contar hidratos antes de comer y calcular las unidades de insulina rápida (si lo necesito) que me tengo que inyectar para procesar los alimentos. He aprendido a reconocer los síntomas de una hipoglucemia y a tratarla rápido y, por supuesto, he instruido a mis familiares, amigos y compañeros en caso de bajón de azúcar. Para mi, todos ellos forman mi particular “aro o circulo azul de vida” referencia a la diabetes y los millones de personas afectadas por la enfermedad.
Hay días buenos, regulares y malos. He sentido angustia y mi familia también. He aprendido que el deporte y la actividad baja la glucosa, y que tengo que comer unas galletas antes de hacer una actividad física de desgaste energético. La Diabetes es una enfermedad silenciosa. El azúcar alto durante tiempo, puede desarrollar complicaciones. Es una condición de por vida, que no me quita la sonrisa, pero que hace que se me tuerza un poquito, por la frustración de no controlar bien la glucosa. Como silenciosa que es, muchas veces me sueltan perlas como: “¿eres diabética? No lo pareces”. Hoy se que una de cada 11 personas vive con esta condición. Más de 540.000 niños tienen Diabetes tipo 1 y el 12% del gasto global en salud va para los diabéticos. Llámame ilusa, pero un sueño en el día Mundial de la Diabetes, espero que algún día se publique la noticia que haga posible que no se apague las sonrisa de los diabéticos. Una noticia con este titular:
“El 100% de los diabéticos curados”

Filed under: Actualidad |