El DJ Elías y el Centro de Danza Arantxa Blanco hicieron brillar a los más pequeños en una jornada llena de emoción
Las fiestas en honor al Sagrado Corazón vivieron una de sus jornadas más entrañables y esperadas con una tarde dedicada a los más pequeños de la casa, donde la ilusión, la música y el arte se unieron para crear un ambiente festivo y familiar inolvidable.
El encargado de abrir la tarde fue el carismático DJ Elías, que volvió a conquistar al público infantil —y también al adulto— con su desparpajo y simpatía. En esta ocasión, sorprendió a todos al subirse al escenario caracterizado como un simpático dragón, desatando carcajadas y aplausos entre los más pequeños. Con su peculiar forma de animar y su natural conexión con los niños, logró que todos participaran, bailaran y disfrutaran como pocas veces, llenando la plaza de alegría contagiosa.
Tras la fiesta de color y música de Elías, llegó uno de los momentos más esperados de la jornada: la actuación del Centro de Danza Arantxa Blanco. Las alumnas de la academia, grandes y pequeñas, volvieron a deslumbrar sobre el escenario con coreografías llenas de gracia, ritmo y pasión por el arte del baile. Las más pequeñas, en especial, fueron el alma de la función, arrancando sonrisas y ovaciones del público con sus sevillanas y bailes andaluces, preparados con cariño y esmero. Una explosión de talento que demostró, una vez más, el gran trabajo que se realiza desde esta reconocida escuela de danza.
El ambiente no podía ser mejor: padres, madres, abuelos y familiares llenaron la plaza, cámara en mano, disfrutando y aplaudiendo emocionados cada movimiento de sus pequeñas artistas. Fue una tarde para el recuerdo, donde la ilusión de las niñas sobre el escenario se contagió a todos los presentes.
Para poner el broche de oro a esta animada jornada, se celebró el ya tradicional y siempre esperado sorteo de regalos, uno de los momentos más queridos por los vecinos. Como es habitual, no faltó el servicio de barra, atendido con dedicación por los miembros de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Triunfante y Nuestra Señora de la Esperanza y de la Paz, que ofrecieron su atención y refrescos con el cariño que caracteriza a estas fiestas.
Así concluyó una tarde llena de vida, dedicada a quienes más la disfrutan: los niños y niñas, verdaderos protagonistas de unas fiestas que, año tras año, siguen reuniendo a generaciones enteras en torno a la alegría, la tradición y el amor compartido por el Sagrado Corazón.
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