El Auditorio de Torrevieja en su nueva temporada apuesta fuerte por una de las músicas que más pasión desatan, el Jazz, a través del ciclo “Torrevieja suena a jazz”
Anoche subió al escenario en la primera de las jornadas, Roberto Fonseca, que llegó a este ciclo de jazz a presentar su último trabajo “Abuc”. Catorce títulos en forma de recorrido musical de los géneros que florecieron en la isla caribeña. Descubriendo en un exuberante las mejores piezas de bolero, chachachá e incluso hip hop.
El nuevo disco del pianista cubano Roberto Fonseca y que anoche entusiasmó a los asistentes, es de esos que tanto pueden ir en la categoría de ‘jazz’ como de ‘off-jazz’ y en ambos encajan perfectamente, ya que las catorce canciones del disco son tan distintas y diferentes que hacen de este, algo difícilmente clasificable en una sola categoría. Y quien esto firma ha pensado que lo mejor es que vaya en ‘jazz’, ya que Fonseca es, sobre todo, un pianista de jazz.
‘Abuc’, que no es otra cosa que ‘Cuba’ con una celebración de la música cubana ya que Fonseca ha incluido buena parte de las músicas más populares de la isla: desde el bolero y el ‘filin’ al jazz, el mambo, el chachachá y la contradanza, un estilo que llegó a Cuba a finales del siglo XVIII con influencias franceses a través de Haití.
En ‘Abuc’ Fonseca toca muy arriba, muy rápido, toca como si la idea de lentitud, o tranquilidad, atacase lo más íntimo de su persona y de su música. Pero igual es de lo que se trata; de mostrar la fortaleza, la vitalidad, el salirse de si, de la música cubana. Y si es esto lo que quiere lo logra ampliamente.
De este contundente y poderoso disco la gente vibró con dos temas; ‘Family’, porque es puro jazz cubano, y ‘’Velas y flores’, donde Fonseca presentó toda una declaración de intenciones; de lo que es y no es, de donde viene y a donde va. Pocas veces un músico se presente tan a cuerpo limpio, de una manera tan sincera y auténtica. Merece la pena escuchar esa declaración no sólo por lo que cuenta, también por lo que no cuenta, y porque sirve para entender, si es posible, lo que es esa isla.
Roberto Fonseca
Pianista. Uno de los músicos de jazz jóvenes más geniales producidos por Cuba. Máster en composición obtenido en el Instituto Superior de Arte de Cuba. Profesor de música. Mezcla una gran variedad de estilos en su música: música afrocubana con elementos de jazz, soul, funk, blues o hip-hop.
Nace en La Habana en 1975, ha estado rodeado de música y músicos desde pequeño. Su padre, Roberto Fonseca Durades, baterista. Su madre, Mercedes Cortés Alfaro, es una cantante que había sido bailarina en el Tropicana Club de La Habana, y que canta en el álbum solista más reciente de su hijo, Zamazu (2007).
Empezó a tocar la batería cuando tenía cuatro años. Tocó en su primer concierto profesional con un conjunto que versionaba temas de los Beatles. Se pasó al piano y continuó con este instrumento, asombrando a las multitudes con su virtuosismo en el Festival Jazz Plaza de La Habana en 1991. Tenía 15 años. Su primer álbum, En el comienzo, que grabó con Javier Zalva y el grupo Temperamento, fue nombrado Mejor Álbum de Jazz de Cuba en 1999. Luego vendrían sus dos discos como solista (Tiene que ver y Elengo), y posteriormente, en 2001, fue a Japón para grabar No Limit: Afro Cuban Jazz, que se ha convertido en un clásico de culto.
Realizó sus primeras apariciones internacionales en 2001, en gira con el grupo Buena Vista como pianista de soporte para el pianista Rubén González. Cuando González murió en 2003, Fonseca le sustituyó como acompañante de Ibrahim Ferrer. Fonseca tocó en la que sería la última gira de Ferrer y coprodujo “Mi sueño” de Ferrer, una colección de boleros tradicionales lanzada después de su muerte en el año 2005.
Durante este período compartió el escenario con leyendas de la música cubana como Cachaíto López, Guajiro Mirabal y Manuel Galbán, tocando con ellos en diversos países del mundo en más de 400 conciertos.
En sus interpretaciones podemos encontrar elementos de música cubana Sin embargo, Sus conciertos llevan la energía de casi todos los continentes, ya que Roberto mezcla una gran variedad de estilos en su música: música afrocubana con elementos de jazz, soul, funk, blues o hip-hop.
Sus raíces están compuestas por el romanticismo de los boleros cubanos que le enseñó su madre y la música clásica que aprendiera en el colegio musical. Asimismo Fonseca se considera como “el último de la escuela de Ibrahim Ferrer: vivía dentro de la música tradiciónal cubana que se tocaba no para el mercado musical”. Rock, boleros cubanos, Música afrocubana y clásica. Para él no es difícil mezclar los estilos, solo hay que guardar sus tradiciones. Su música tiene un carácter enigmático gracias a su técnica virtuosa y a su extraordinario carisma.
Ha grabado, además de con el “Buena Vista Social Club”, Rubén González, Cachaíto López y el Guajiro Mirabal, en los discos de Augusto Enríquez, en el vídeo del Tokyo Jazz Festival de 2002 con Omara Portuondo, con Herbie Hancock, con Michael Brecker y Wayne Shorter. En los álbumes de Roberto Fonseca participan músicos tales como Carlinhos Brown, Cachaíto López, Vicente Amigo, Toninho Ferragutti, Javier Zalva, Omar González, Ramsés Rodríguez entre otros.
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