Objetivo Torrevieja

Álbum 1, pinchando sobre la foto

Redacción: Fernando Guardiola / Fotos: Pedro Grimao, Alfonso Pascual y Ferfos

Álbum 2, pinchando sobre la foto

VIDEO: Todo te lo debo a ti

VÍDEO: Yo no soy esa

VIDEO: Europe living in celebration

No he querido añadir como titular nada al nombre de Rosa, porque creo innecesario tener que añadir adjetivo alguno al nombre de una artista, que ya de por sí es sinónimo de arte, simpatía, constancia, trabajo y sobretodo humanidad. Todos y muchos más de esos calificativos podría haber añadido a Rosa. La actuación de anoche en Torrevieja fue simplemente “enorme”, con un lleno espectacular, la granadina apareció enfundada en un traje-túnica blanco y con su grupo de músicos y su coro, llenó el teatro con su poderosa voz durante casi dos horas. Mientras iba desgranando las canciones de su último trabajo “Todo te lo debo a ti”, se arrancaba por temas del pasado, incluso con algunas canciones que la hicieron famosa en su paso por el programa de TV que la catapultó a la fama “Operación Triunfo”, como “A tu lado” o “Somos novios” y acabando con “Europe living in celebration” que la llevó a Eurovisión en la edición que marcó un hito en cuanto numero de tele espectadores que siguieron su participación. Aunque la canción que el público acogió con más énfasis fue “yo no soy esa” de la murciana Mari Trini y que Rosa ha sabido adaptar con unos ritmos que cautivan a un público, ya de por sí entregado, al que sobraban las butacas, porque pocos fueron los que permanecieron sentados ante el vendaval de voz y ritmo que Rosa desplegó durante todo el recital. Los informadores que hemos podido estar cerca de ella hemos comprobado que para ser una de las grandes no hace falta rodearse de un ejército de “armarios roperos” con unas maneras, que la mayoría de las veces desmerecen al artista, ni de caprichos y endiosamientos que lo único que hacen es conseguir un clima de negatividad que impide realmente conocer a la persona que lleva dentro. Cosa que Rosa emana a borbotones, sin pararse en nada, ni nadie. Ella misma era la que provocaba que el público se acercara al escenario, a darle besos, a cogerle la mano, a llevarle flores o simplemente a cercionarse de que hay personas con una calidad humana como la de Rosa. El espectáculo duró casi dos horas como hemos dicho, pero la cantante no dudó en permanecer en el ambigú del teatro, repartiendo autógrafos, besos y sonrisas a los más de doscientos fans que le esperaban durante más de una hora. Así es una artista que no necesita adjetivos calificativos para ser una diosa. Así es Rosa.

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