Objetivo Torrevieja

En esta ocasión incluimos también la Procesión de la Archicofradía de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo de Murcia (Los Coloraos)

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Alfonso Pascual Ruiz

Llegamos al ecuador de una de las celebraciones más importantes y con mayor número de miembros en nuestra localidad, la Semana Santa de Torrevieja, celebra en esta noche el Encuentro en la Vía Dolorosa, el cruce de las calles Ramón Gallud y María Parodi, se volvía a convertir en el epicentro de la ciudad cuando Jesús se encuentra con María camino del Calvario, en el camino de Jerusalem hacia la Cruz. Desde dos de las más tradicionales parroquias parten los dos cortejos, Nuestra Señora de la Esperanza y de la Paz, de la Arciprestal de la Purísima, corre, presurosa para poder ver a su hijo con vida una última vez, mientras por delante de ella, van pasando, el Ángel Pasionario que ha convocado la procesión, seguido de las mantillas de la Santa Mujer Verónica. Por último, y a la misma hora, desde la Ermita, comienza a andar, a paso lento, Nuestro Padre Jesús de la Caída, no quiere llegar a su destino, pero, sabe que es el camino hacia la Resurrección. Al llegar ante su madre, los corazones de sus costaleros lo elevan al cielo, mientras su Madre, clava la rodilla en el frio suelo. Y así es el Miércoles Santo en Torrevieja, noche de encuentro y noche de despedida, noche de caer para volver a levantarse y noche de esperanza.

Miércoles Santo en Murcia: Los Coloraos

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La tarde del Miércoles Santo en Murcia se tiñe de sangre, la Real, Muy Ilustre, Venerable y Antiquísima Archicofradía de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo recorre las calles formando un manto rojo, por donde procesionan un total de 11 tronos, abriendo el cortejo, San Vicente Ferrer, seguido de obras que se pierden en el tiempo como la Samaritana, San Juan, la Dolorosa o incluso la Negación de San Pedro o el Pretorio que unifican la antigüedad con la juventud de sus tallas, como son también Jesús en Casa de Lázaro, el Lavatorio, las Hijas de Jerusalem o el Cristo de las Penas, pero ante todo esa gran devoción que existe en Murcia a su Santísimo Cristo de la Sangre. Obras que desde Nicolás de Bussy hasta José Antonio Hernández Navarro, completan una historia de más de 600 años.

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