La Sal de Torrevieja puso en escena una revista cómico musical que hizo disfrutar en dos sesiones a cuantos la presenciaron
“Agradecida y emocionada, solamente puedo decir,¡ Gracias por Venir!”. Este es el estribillo de una de las canciones más famosas que solían cantarse tras la representación de cualquier revista musical; un género que tuvo su principal apogeo en los años sesenta en que sobre todo en Madrid llegaron a representarse hasta cuatro de ellas simultáneamente y que con la llegada de la democracia y el “destape” decayó al no ser necesario tener que acudir a las salar para poder disfrutar de la “exuberancia de las artistas”. En este caso deberíamos ser los espectadores los que deberíamos cantársela a las chicas de “La Sal de Torrevieja”, que anoche demostraron que saben estar sobre un escenario con la misma soltura que desfilan por las calles de China, Francia, o Macao. Presenta por un Francisco Reyes ataviado como si fuera el mismísimo Colsada, presentó la Revista Cómico Musical “La Sal de Torrevieja” que se estructuró en dos partes, en las que más de treinta artistas como la copa de un pino, con el bailarín Domingo Sánchez, dándoles la réplica y la actuación de un transformista de primer orden como Yeray, figura estelar de la famosa Sala de Fiestas “El Molino” de Benidorm, bajo la dirección artística de de la simpar Conchita Mercader Valdés, que quiso que la gala estuviera dedicada a la creadora y artífice de la “Sal de Torrevieja” su madre, Conchita Valdés.
Yeray realizo varias interpretaciones, destacando la fiel imitación de Rocío Jurado, un número cómico que hizo soltar carcajadas a los presentes con una bailaora, que cantaba mientras tendía una ropa un poco singular; la representación del Baile de la “Bella y la Bestia” y el final cuando al ritmo de una canción se despoja de sus vestidura de travesti y se convierte en el hombre que es.
Las chicas junto a Domingo Sánchez se marcaron unas maravillosas representaciones de temas como “Mamá, quiero ser artista”, “Me debes un beso”, “Estudiantina portuguesa”, “El beso en España” o la fiel recreación del “alocado” tango que llevo a Lina Morgan al Olimpo de las “varietés”.
La apoteosis final contó con la presencia activa de Conchita Mercader , que lució para la ocasión un espectacular traje de pedrería con un tocado azul que le hacía especialmente guapa y sobre todo dichosa y orgullosa de “sus chicas” que tuvieron la gracia y el salero para montar un espectáculo de la calidad como el que vivimos ayer. Los beneficios de ambas galas serán destinados a la Fundación Duchenne España. Al final del acto, María representante de la Fundación, subió al escenario con su hija Alma, afectada por eta enfermedad de las catalogadas como “raras” , recibiendo la pequeña un gigantesco osito de peluche.
Las representaciones contaron con el apoyo de sonido y efectos especiales de Juan Carlos y Walter de Orecam, que además proyectaron unos novedosos dioramas que dieron a la representación un toque espectacular.
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